Un huésped ilustre en prisión
Julio de Vido fue durante una década el superministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, es decir, por sus manos pasaron las grandes licitaciones de obra pública de la Argentina, pero también algunas de las negociaciones internacionales más importantes; entre otras,...
Julio de Vido fue durante una década el superministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, es decir, por sus manos pasaron las grandes licitaciones de obra pública de la Argentina, pero también algunas de las negociaciones internacionales más importantes; entre otras, la del contrato de exportación de gas con Bolivia.Entre sus muchas credenciales, el ex ministro argentino puede exhibir la de “Huésped Ilustre de la Ciudad de Tarija” otorgada por el Concejo Municipal una noche más o menos calurosa del 19 de octubre de 2015. El Salón Rojo de la Alcaldía estaba a rebosar, la policía cubría todas las esquinas de la plaza Luis de Fuentes. Pocas veces se vieron tantas medidas de seguridad. De Vido habló de integración y de Patria Grande, un clásico en estos encuentros.El ex superministro llegó a Tarija para participar de una Cumbre Bilateral armada a medida y con urgencias. Una semana después se realizaba también en Tarija la Cumbre de la OLADE donde participaron altos representantes del continente, pero ese mismo domingo 25 de octubre se votaba la primera vuelta de las presidenciales en el vecino país y pasara lo que pasara, su gran adalid Cristina Fernández empezaba a despedirse. Después pasó lo peor para De Vido, y en estas se encuentra.En la Cumbre se firmaron un par de convenios ya reiterados por entonces y que siguen protagonizando “gestiones exitosas”, como la integración de las líneas de alta tensión desde Yaguacua a Tartagal, pero sobre todo fue el marco para una despedida más o menos formal entre viejos amigos. El mismo Evo Morales llegó hasta la Cumbre y brindó una conferencia de prensa en la que recordó batallitas en Buenos Aires, de cuando era un simple dirigente cocalero y Julio de Vido, dijo, le hacía de Relaciones Públicas y lo llevaba a eventos donde era recibido como una estrella del rock.La relación entre el Gobierno Kirchner y el Gobierno Morales siempre fue fluida y fraternal; sobre todo hasta la nacionalización de YPF que dejó a Repsol en figurillas en el continente. Repsol siempre fue amigo de Morales y con su presidente, Antonio Brufau, han brindado más muestras de cariño públicas que con Cristina.La amistad tuvo gestos concretos. De Vido, el amigo de Evo y Álvaro García Linera, tuvo mucho que ver en la modificación de los contratos de exportación de gas firmados y puestos en marcha en 2007. El Ministro de Hidrocarburos de entonces, Andrés Soliz Rada, supeditó cualquier incremento de la exportación inicial, que no superaba los 4 millones de metros cúbicos diarios, a la construcción de la planta separadora de líquidos del Gran Chaco, que además iba a contar con financiamiento argentino.Cuentan los allegados a Soliz Rada que De Vido pidió quedarse a solas con él en la habitación para acabar de ultimar los detalles. No se movió una coma del contrato, pero unos meses después Soliz Rada ya no estaba en su cargo. Con el reemplazante, los volúmenes empezaron a crecer mientras la planta no avanzaba. El negocio fue rentable para Repsol YPF, que exportaba desde los campos tarijeños y recibía los licuables en Campo Durán, Salta, sin pagar un peso por ellos sosteniendo una floreciente industria petroquímica. Las causas abiertas contra De Vido son numerosas y variadas, son doce años de gestión ininterrumpida moviendo los hilos de un país. Haciendo equilibrios, negociaciones in extremis, encontrando soluciones para imposibles. De Vido era uno de los blancos deseados del macrismo, que lo ha acosado hasta su caída. El delito que se le imputa no es menor: Asociación delictuosa, lo que para muchos es la consecuencia directa de muchos años de gestión, con demasiados hilos. Un asunto sobre el que los ejecutivos del Gobierno de Evo deberían tomar nota.