¿Hecho en Bolivia? El caso para el teléfono Accione

Accione es un modelo de bajo costo entre $ 159 y $ 299 que lo compara competitivamente con otros teléfonos de bajo presupuesto (especialmente cuando se consideran aranceles bolivianos de importación en electrónica extranjera) e incluso tiene la opción de tener el sistema operativo abierto...

Accione es un modelo de bajo costo entre $ 159 y $ 299 que lo compara competitivamente con otros teléfonos de bajo presupuesto (especialmente cuando se consideran aranceles bolivianos de importación en electrónica extranjera) e incluso tiene la opción de tener el sistema operativo abierto Sailfish que podría en teoría permitir una personalización más específica de la región para diferentes mercados. Es comprensible que Jala esté usando “el patriotismo” para ayudar a vender su teléfono localmente, indicando que los ingenieros de software son bolivianos y que deberían estar orgullosos de lo que han logrado. Pero ¿qué impacto potencial puede tener este teléfono en la economía de Bolivia?A pesar de que el teléfono está diseñado en Bolivia, la etiqueta “Hecho en Bolivia”, sin duda será un tema de debate. En febrero, Jala anunció su intención de fabricar los teléfonos en América del Sur. Sin embargo, decidieron fabricarlos en China. El hecho de que los teléfonos no se fabriquen en Bolivia hace que muchos digan que el impacto en la economía boliviana sea mínimo y limitado a unos pocos. Aunque normalmente promuevo el comercio entre países para el crecimiento a largo plazo, no podemos olvidar la necesidad de dominar a corto plazo. A pesar de esto, no significa que el potencial de los teléfonos en la economía deba pasarse por alto. Después de todo, si el teléfono tiene éxito, podría resultar en el crecimiento de Jala, que puede ayudar a poner el enfoque la ingeniería de software de Bolivia y comenzar una nueva industria. De hecho, el fundador de Jala, Jorge López, enfatiza la importancia de reinvertir en su comunidad ofreciendo programas de capacitación en escuelas alrededor de Cochabamba.La historia nos ha demostrado que algunas buenas compañías pueden comenzar un centro tecnológico en su área. Hewlett-Packard y Varian Associates dieron origen al famoso Silcon Valley, Blackberry fue responsable de convertir a la región de Waterloo en el primer centro tecnológico de Canadá. Si Jala puede ayudar a promover las habilidades tecnológicas en las escuelas bolivianas, puede provocar un acrecimiento de más empresas tecnológicas y Cochabamba podría convertirse en un centro tecnológico Latinoamericano.La decisión de Jala de depender de la fabricación china en lugar de la boliviana es desafortunada y su posible impacto a largo plazo en su economía sigue siendo puramente hipotético. Jala tiene un largo camino por recorrer antes de poder tener una fracción del impacto que estas compañías tenían en sus comunidades, pero con su compañía creciendo de 200 a 800 empleados, muestra que por ahora se dirigen en la dirección correcta y el tiempo indicará si los bolivianos “comprarán localmente” cuando se trate de comprar su próximo teléfono.

*Matthew Glezos, canadiense, magister en administración de empresas


Más del autor