La campaña se dispara

Día sí y día también, cada cual mueve ficha, enseña la patita. Es cierto que el MAS ha primereado a toda la clase política poniendo por delante su intención de concurrir sí o sí con el presidente Evo Morales a las elecciones de 2019. Ha dejado también meridianamente claro que no le...

Día sí y día también, cada cual mueve ficha, enseña la patita. Es cierto que el MAS ha primereado a toda la clase política poniendo por delante su intención de concurrir sí o sí con el presidente Evo Morales a las elecciones de 2019. Ha dejado también meridianamente claro que no le importan los resultados del referéndum de febrero de 2016 en el que el 51 por ciento de la población negó la posibilidad de modificar la Constitución y permitir por una sola vez la reelección del presidente Evo Morales. Hoy el MAS se aferra a la interpretación de un Derecho Humano y la eliminación de la limitación de mandatos del texto constitucional.La reacción a esta intención declarada no ha encontrado en las calles una proporcionalidad a lo mucho que se difunde en las redes sociales, por lo que de momento no se puede decir que haya repulsa ni mucho menos. Ahora bien, tampoco se puede asegurar lo contrario. Es cierto que Bolivia ha cambiado y tal vez las antiguas pasiones que emergían de las multitudes y se manifestaban en las calles puedan estar mutando a movilizaciones silenciosas que esperan su momento para expresarse democráticamente en las ánforas; ese método tan devaluado a juzgar por las últimas contiendas mundiales.Era de esperar que el movimiento realizado por el MAS provocara una ola de movilización en la oposición, y de momento ha producido lo contrario. En abril se presentó ante la opinión pública un grupo de supuestos líderes conformado por los ex presidentes Carlos Mesa y Tuto Quiroga, el gobernador cruceño Rubén Costas, el alcalde paceño Luis Revilla, el ex vicepresidente Víctor Hugo Cárdenas y el empresario Samuel Doria Medina. Todos negaron que se tratara de una plataforma electoral al estilo de la mesa de Unidad venezolana, pero la opinión pública lo interpretó en ese sentido.Apenas unos meses después, en la segunda intervención esta vez a cuenta de las elecciones judiciales, el grupo se mostró ya resquebrajado. En las últimas semanas el alcalde paceño Luis Revilla ha roto la baraja y se ha lanzado en solitario asegurando que él es futuro y el resto es pasado, y que Bolivia pide propuesta alternativa y no solo sacar al Movimiento Al Socialismo del poder. Revilla acierta en su análisis; el MAS con Evo o el MAS sin Evo puede ganar las elecciones de igual manera, más con una oposición peleando por nombres y caras.También en Tarija la carrera se ha intensificado y las fuerzas parecen más divididas que nunca. El MAS asiste a los prolegómenos de un Congreso que no será menor, pues los electos en este mes serán quienes al final opinen sobre la elección de candidatos a diputados y senadores. En UD-A, agrupación que voló por los aires apenas empezaba a gestionar el Gobernador Adrián Oliva, la disputa por el relato implica también una retardación a la hora de blanquear ambiciones, pues resta credibilidad en la operación de posicionamiento que unos y otros han empezado con la erosión a la Gobernación.En el Chaco los codazos también se sienten, esta vez entre representantes de un mismo partido que han visto cómo sus opciones e intereses colisionan en el tiempo y buscan la mejor forma de aparecer en la fotografía.No son pocos los actores que buscan a como dé lugar encontrar una fórmula que le permita obtener la personería jurídica de la mejor y más rápida forma. Desde Vanguardia Integración del Gobernador Adrián Oliva a Sol.bo o la anunciada Unidad 21F que proyecta Jaime Paz necesitan de un Tribunal Electoral consolidado en Tarija que de momento no ve solución y los plazos se acortan.Quedan dos años para las elecciones nacionales y dos y medio para las departamentales, sin duda demasiados meses como para justificar la ansiedad que les ha entrado a alguno de los líderes o ex líderes por estar bien posicionados. La decisión del Tribunal Constitucional sobre la repostulación de Evo o no acabará por acomodar los frentes, mientras tanto, convendría que los actores se concentren en la gestión que es lo que al final y sin ninguna duda es lo que los ciudadanos valorarán con mayor empeño.


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