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La batalla por las ideas recrudece en Chile

Como siempre, CV dijo mucho más en la entrevista aunque esta fue la frase del escozor que se difunde. El revuelo provocado por sus declaraciones en los representantes del neoconservadurismo chileno entra en el pavor por la crisis capitalista.Es probable que la hoja de ruta de Fidel Castro no sea...

Como siempre, CV dijo mucho más en la entrevista aunque esta fue la frase del escozor que se difunde. El revuelo provocado por sus declaraciones en los representantes del neoconservadurismo chileno entra en el pavor por la crisis capitalista.Es probable que la hoja de ruta de Fidel Castro no sea del todo aplicable en Chile y en otras partes, aunque su idea de autonomía respecto a la expansión imperial es por cierto una guía que más de algún patriota en los países acosados por las grandes potencias debería adoptar.La hoja de ruta que Chile sí debe evitar es la continuidad del proceso político post golpe militar. Pronto a cumplir cuatro décadas, el modelo tiene a gran parte del país viviendo con falsas expectativas y bajo un concepto de libertad vacuo. Chile es reconocido en el mundo por la estabilidad y el crecimiento de la economía, aunque su modelo ha sido un generador de profundas desigualdades, manteniendo el record de no haberse movido por 39 años de los 15 países más desiguales del planeta.Estas desigualdades que han contribuido a concentrar riqueza y poder político, están amparadas por un sistema tributario regresivo respecto a las utilidades de las grandes corporaciones privadas y el sistema binominal, un diseño electoral heredado de la dictadura que consiste en gobernar y formar liderazgos a partir de dos alianzas de mayorías para asegurar estabilidad política.El progreso disfrazado en consumo obsesivo – la farmacia posmoderna por excelencia- tiene otra narrativa en el hastío del ciudadano por la descomposición ética, sobre todo en los políticos todopoderosos para hacerse ricos.Los experimentos social demócratas para entregarle un rostro humano al ajuste de los 80 del siglo pasado han producido los resultados que observamos en las economías y en los sistemas políticos. Hay apenas un puñado de países que escapan al fenómeno de un sistema económico que se quedó sin sistema político.Este fenómeno, particularmente en los sectores urbanos más perjudicados por el modelo impuesto, no solamente abarca al mundo desarrollado occidental sino que a cualquier sector urbano donde se llegó a formar una clase media a partir de la Segunda Guerra Mundial. El corte histórico es válido porque esa llamada clase media se ha “proletarizado” por salarios de niveles mínimos colindando con la línea de la pobreza real.El resto de la polvareda creado por las declaraciones de Vallejo sobre el líder cubano es el argumento fatigado contra Cuba de quiénes lo levantan. Una buena parte de este grupo en Chile no exhibe antecedentes favorables en Derechos Humanos que legitimen sus juicios sobre el sistema cubano. Pierden credibilidad al continuar apoyando la validez del golpe de estado y una dictadura mundialmente conocida como una de las más atroces.A partir de la instalación del mal llamado modelo neoliberal en la década de 1980 del siglo pasado, que de liberal tiene poco y mucho de neoconservador, la noción de que el marxismo y su crítica al capitalismo estarían obsoletos al no existir el contexto que lo originó comienza a perder sustentación. El dictamen para detener la insurgencia en el capitalismo continúa siendo el mismo y le otorga vigencia: prevenir que el marxismo se instale en los sectores empobrecidos.Como en los períodos más álgidos de la guerra fría anterior la batalla por la ideas recrudece. El principio ideológico llega a ser nihilista: o se es capitalista (a ultranza mejor aún) o se perece. Frente a la actual crisis capitalista el neoconservadurismo percibe que las ideas del marxismo pueden reinsertarse con profundidad y alcance en la población y su pulso se agita. No hay enemigo chico y aliado que se desprecie y esta vez al no haber una URSS lo que suceda es de exclusiva responsabilidad del sistema.El actual clima beligerante en el mundo no es porque exista Cuba y Fidel Castro o se propaguen las ideas del marxismo. Lo que aterra en el neoconservadurismo y sus aliados (de izquierda y derecha), es la posibilidad de que en esta crisis el marxismo sea acogido como una doctrina de cambio por los más afectados.

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