Nuestras uvas y “nuestro” gas

Porque “el menú” informativo de todos los días es variado y por supuesto que también tiene elementos agradables, con uno de los cuales comenzaremos hoy este comentario: uvas vinos y singanis.La producción de uva de Tarija ya superó el millón de  quintales, con un incremento de más del...

Porque “el menú” informativo de todos los días es variado y por supuesto que también tiene elementos agradables, con uno de los cuales comenzaremos hoy este comentario: uvas vinos y singanis.La producción de uva de Tarija ya superó el millón de  quintales, con un incremento de más del veinte por ciento en la producción de este año, con relación a la del año pasado. Es una noticia grata, que estábamos en mora de comentar.Para evitar el riesgo de omisiones, nos referiremos, como ya otras veces hemos hecho aquí, al “clúster” vitivinícola  tarijeño, del cual hemos dicho antes (y lo sostenemos) que es ejemplar y digno de imitación.Un clúster es un concepto nuevo, utilizado en economía desde la década de los 90, como herramienta para el análisis de los factores que permiten a una industria específica incorporar nuevos eslabones en su cadena productiva y los factores que determinan el uso de nuevas tecnologías en sus procesos. Debe haber muchas otras definiciones académicas, pero quedémonos con esa, para la actividad vitivinícola tarijeña, que tiene características agrícolas e industriales definitivamente imitables. Michael Porter, que uno de quienes más se han dedicado al tema, define «clúster» como concentraciones de empresas e instituciones interconectadas en un campo particular para la competencia. Existen en el mundo gran variedad de clústeres en industrias como la automotriz, tecnologías de la información, turismo, servicios de negocios, minería, petróleo y gas, productos agrícolas, transporte, productos manufactureros y logística, entre otros.Ojalá “nuestro” clúster vitivinícola nos sirviera de modelo para desarrollar el gas. Pero esto, sentimos que todavía está en el rango de utopía. Lamentablemente.Y cumplido el deseo de comentar algo grato, ya que tocamos nuevamente el gas, “nuestro gas”, regresemos a la conocida parte amarga del menú cotidiano.Una ONG de las muchas que operan en Bolivia distribuye una invitación para estudiar maestrías en Gestión de la Industria de los Hidrocarburos. Dice la invitación que ese programa tiene como objetivo principal, formar personal altamente capacitado para suministrar  el talento humano necesario, que permita transferir y generar ciencia y tecnología para el logro sostenible y eficiente de la industria de hidrocarburos, consolidando una cultura investigativa entre los participantes, que permita resolver problemas presentes en las operaciones de exploración, explotación, tratamiento, procesamiento, transporte, refinación y petroquímica de hidrocarburos”.Justamente lo que necesitamos, ¿Cierto? La ONG deja explícito que solo se encarga de difundir la información que nos hacen llegar.El grado académico de Magíster en Gestión de la Industria de los Hidrocarburos, será expedido oficialmente por la Universidad del Mar, que es una institución de educación superior de Chile.Entre paréntesis, Chile – que se sepa- no tiene yacimientos de hidrocarburos, pero formará magister en Gestión de Hidrocarburos.Quien crea que detrás de este comentario existe envidia, tiene razón.Por eso lo hicimos precisamente hoy, 23 de marzo.

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