Vamos a improvisar (Como para Ripley)

Sucede a cada rato, en todo el mundo, porque los gobiernos están para eso y las leyes también. Pero que la sociedad sancione a un gobierno por no cumplir sus propias leyes suena absurdo y sin embargo eso es lo que está sucediendo en Bolivia, “aunque usted no lo crea”, para recordar la que...

Sucede a cada rato, en todo el mundo, porque los gobiernos están para eso y las leyes también. Pero que la sociedad sancione a un gobierno por no cumplir sus propias leyes suena absurdo y sin embargo eso es lo que está sucediendo en Bolivia, “aunque usted no lo crea”, para recordar la que fuera famosa sección periodística de Ripley.Los cañeros de Bermejo marcharon hasta La Paz, reclamando porque el gobierno no cumple el Decreto Supremo 2008, emitido hace cuatro años, y que ordena crear la Empresa Pública Nacional Estratégica Azúcar de Bolivia-Bermejo, Azucarbol.Porque los decretos ordenan, no sugieren ni recomiendan. Son leyes.Pero más sorprendente aún es lo que el gobierno alega para no cumplir lo que él mismo ordenó: Que el decreto se expidió sin hacer estudios completos y detallados. Es decir, se improvisó. Y confesar eso es grave, muy grave, porque hace perder credibilidad en el gobierno. O, en este caso, hace perder gobernabilidad.Como es inevitable, la gente se pregunta entonces si no habrán sido también “improvisados” los decretos que convirtieron poco menos que en letra muerta la última nacionalización del petróleo, autorizando contratos con corporaciones petroleras.Y nos asalta una pregunta sumamente inquietante: ¿Habrán improvisado también al redactar la Constitución Política del Estado Plurinacional y fraccionar al país, dividiéndolo mientras multiplican problemas sociales?El argumento inventado para no proceder a la creación de Azucarbol puede resultar mucho más peligroso que la marcha que a esta altura debe estar ya en La Paz, bloqueando una vez más esas ya intransitables calles, mientras seguramente el presidente Morales alista viaje a Colombia, donde tiene un compromiso previo para asistir a cuestiones protocolarias.Y todo esto inmediatamente después de que el gabinete ministerial, (ampliado), anunciara, una vez más, que buscará el desarrollo industrial y declarara la generación de energía una prioridad. Nos imaginamos que no demorarán en aparecer los decretos respectivos, firmados precisamente por quienes estuvieron en esa reunión de  gabinete. ¿Serán improvisados? Los decretos queremos decir, porque ya sabemos que los ministros generalmente lo son.En el caso de Azucarbol, que esperamos que no se frustre (aunque probablemente se concrete tarde, como casi todo en nuestro país), está todo a punto. Hay tierras disponibles (salvo que algún avispado quiera dedicarlas a sembrar soya), están los recursos financieros, precisamente en proceso de concretar la ley que autorice utilizar las Reservas Internacionales, está la gente dispuesta a dedicarse al cultivo de la caña, que por cierto ahora se va a la Argentina, como el gas, para ser procesada allá, en el ingenio de El Tabacal. En resumen, no falta nada, excepto la voluntad del gobierno nacional, que últimamente está haciendo notar esa su ausencia de voluntad en varios frentes.¡Ah! Y por si acaso: Robert Ripley fue un dibujante que a principios del siglo pasado presentaba hechos sorprendentes y poco habituales provenientes del mundo entero.Como los que últimamente vivimos en Bolivia.

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