Para hacer empresa

Para comenzar, ni siquiera la palabra “empresa” es algo bien conocido, porque para muchos es lo mismo que “negocio”, o sea, según su etimología  latina (nec y otium) lo que no es ocio, que es aquello que muchos practican en su tiempo “libre”, aparentemente sin ninguna recompensa. Y...

Para comenzar, ni siquiera la palabra “empresa” es algo bien conocido, porque para muchos es lo mismo que “negocio”, o sea, según su etimología  latina (nec y otium) lo que no es ocio, que es aquello que muchos practican en su tiempo “libre”, aparentemente sin ninguna recompensa. Y decimos “aparentemente”, porque vivir “de las rentas” es en realidad una forma de ocio. Muy común en algunas sociedades. Pero no nos vayamos por las ramas.Cuando un negocio tiene cierto volumen, estabilidad y organización se lo suele llamar empresa.  Cuando esa actividad, o negocio está dedicada a transformar materia prima, sabemos que se llama industria. Eso que tanto necesitamos en Bolivia y que no hemos logrado desarrollar en forma significativa, pero tenemos un Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, del cual depende, precisamente, ese Viceministerio que debería convertir los pequeños negocios en empresas. Mejor aún en empresas industriales.Para estimular la creación de empresas industriales, sin embargo, hace falta mucho más que burocracia ministerial o gubernamental en cualquiera de sus ahora múltiples niveles.Hace falta capital, por supuesto, pero eso no quiere decir que esperemos “inversiones” provenientes de arriba y de afuera, que es poco más o menos lo mismo que esperarlas “del cielo”.El uso de los recursos financieros disponibles es tema que en estos días se agita mucho a propósito de las reservas internacionales que tiene el país y que algunos han creído que basta con ponerlas a rendir ridículas “rentas”, de menos del uno por ciento de interés anual, que pagan ávidos y voraces bancos o instituciones similares del exterior, que trabajan para su propio desarrollo y de ninguna manera para el nuestro.Bueno, pero al menos de ese desatinado manejo de los “ahorritos” nacionales, ya se está hablando, se está “socializando” el tema para no mantenerlo “secreto”.Dejemos entonces, por ahora, el recurso financiero en ese incipiente pero promisorio debate y veamos qué más se necesitaría para hacer empresa. Empresa industrial concretamente, así sea pequeña. Se lo puede resumir en dos palabras: mano de obra.Bolivia toda una entidad gubernamental específicamente dedicada a eso: Formación de Mano de Obra. Inclusive su sigla era ya conocida: FOMO, pero la dictadura de Hugo Banzer la liquidó y no ha sido reconstituida.De eso quisiéramos tener novedades y no de solo cambios en viceministerios. Porque ya no son noticia.Seguramente que así, manejando con criterio productivista y no rentista los recursos financieros, y capacitando al insustituible recurso humano no tendríamos que estarnos lamentando de nuestra economía casi exclusivamente extractivista.Y tendría sentido hablar de parques industriales, como los que hace una década le ofrecen a Tarija, Villa Montes, Yacuiba, Caraparí, Bermejo y otros lugares estratégicos del departamento y que la burocracia y la falta de capacidad de gestión principalmente han convertido en cantaleta hueca.Pero volveremos con el tema, convirtiéndolo en nuestra propia cantaleta.

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