La inexcusable demora

Porque el desempleo, así como la violencia, puede volverse estructural y acabar con una sociedad, no en sentido figurado, sino literalmente.Quien dio la voz de alerta y originó una noticia que esperábamos que tuviera más repercusiones fue el presidente del Colegio de Profesionales, Federico...

Porque el desempleo, así como la violencia, puede volverse estructural y acabar con una sociedad, no en sentido figurado, sino literalmente.Quien dio la voz de alerta y originó una noticia que esperábamos que tuviera más repercusiones fue el presidente del Colegio de Profesionales, Federico Flores, y aunque el porcentaje por él señalado pudiera ser menor, inclusive reducido a la mitad es alarmante.Porque lejos de ser problema individual, La presencia de un elevado desempleo es un problema no solamente económico sino también social. Como problema económico, es un despilfarro de valiosos recursos. Como problema social es una fuente de enormes sufrimientos, ya que los desempleados, que en este caso son profesionales calificados, tendrán que luchar con una renta menor. O irse de Tarija, con la consiguiente pérdida del más preciado capital de una sociedad: su capital humano. Federico Flores lo dijo: “En Tarija la situación es dramática porque si no se logra trabajar en la administración pública, entonces no se encuentra trabajo, por eso otras personas se van al extranjero”.Eso puede convertirse en fuga de cerebros, que se produce cuando estas personas que tienen una formación cualificada por falta de empleo se van y ya no retornan al país.No hacen falta estudios especializados, ni observaciones particularmente agudas para percibir que ya existe en Tarija mucho subempleo.El subempleo ocurre cuando una persona capacitada para una determinada ocupación, cargo o puesto de trabajo no está ocupada plenamente, por lo que opta por tomar trabajos menores en los que generalmente se gana poco. Uno de los típicos “trabajos del subempleo” es la venta callejera. Eso se disfraza en parte llamando a esos subempleados “gremiales”.Esos son indicadores incuestionables de desaciertos en la conducción política de la economía nacional, es decir, de la macroeconomía.Lejos de generar con el gas una economía encadenada hacia adelante, es decir estimulando la petroquímica, nos hemos resignado a que las actividades petroleras (fiscales o privadas) armen una economía encadenada hacia atrás, es decir generen demanda de servicios subalternos, no calificados.Eso sucede con las actividades netamente extractíferas, minería y petróleo. Alrededor de “la empresa” manejada por una élite, a menudo extranjera, se forman “empresitas” para proveer alimento, para aseo, para transporte o para servicios similares. Situación de la cual ya se han quejado también en los municipios productores de gas. “Solo nos buscan como peones”, han dicho.La industrialización de nuestro gas, no es, entonces, cuestión de capricho, sino algo vital y prioritario para el país. Como lo fueron otrora los hornos de fundición, conseguidos finalmente con tanta lucha y con tanta demora.Eso es lo que clamaremos sin cesar que no se puede, no se debe repetir con el gas. Porque ya estamos, también en este caso, ostensiblemente demorados.

Más del autor