Otra Decepción

Parecía que al fin los bolivianos alcanzábamos un grado aceptable de comunión entre  nuestras expectativas y las propuestas electorales de un partido; las que convencieron a una mayoría abrumadora. Sin embargo, una vez transcurridos más de dos años de mandato, ese apoyo del 64 %, está muy...

Parecía que al fin los bolivianos alcanzábamos un grado aceptable de comunión entre  nuestras expectativas y las propuestas electorales de un partido; las que convencieron a una mayoría abrumadora. Sin embargo, una vez transcurridos más de dos años de mandato, ese apoyo del 64 %, está muy lejos de la realidad, aparenta ser inalcanzable y cada vez son más los sectores que demuestran una abierta disconformidad con las políticas sociales y económicas que se aplican. Grupos sociales como los indígenas de tierras bajas que en su momento fueron la base para encumbrar a los ahora gobernantes se han desmarcado, que decir de regiones íntegras que se han visto en total abandono y no importismo por parte del gobierno que no da valor a sus aspiraciones, como es el caso de Potosí que tuvo que auto flagelarse con un paro de más de diecinueve días y que al final casi ninguna solución recibió a sus demandas o Tarija, que ahora ve que oscuros intereses se ciernen para confiscar sus recursos por regalías, que decir de la aplacada tierra Camba que ahora tímidamente busca el liderazgo necesario para poder hacer valer su fuerza y plantear efectivamente sus demandas.Entonces es un hecho consumado, que actualmente nuestros gobernantes no cuentan con dos tercios de apoyo de la población, según el grupo IPSOS en diciembre de 2011 el nivel de aprobación era apenas del 35% y el de desaprobación es mayor al 53%, con una tendencia a caer aún más.Pero lamentablemente el poder que fue otorgado al partido de gobierno en la Asamblea Plurinacional, es ilimitado y este es demostrado brutalmente cada vez que las circunstancias así lo requieren. No importan reclamos, marchas, protestas, huelgas, paros ni cualquier otra forma expresión de desacuerdo a Leyes que son dictadas a rajatabla, sin posibilidad de revisión y/o modificación. Sesiones maratónicas en las cuales, pese a que los opositores pueden reclamar, gritar, patalear,  tomar la testera y recurrir a cualquier acto inimaginable para revisar los proyectos de ley hechos a medida del oficialismo, se aprueban de forma escandalosa sin importar en absoluto que pueda pensar la opinión pública nacional e internacional al respecto, ni los efectos adversos o descontento que puede causar en grupos importantes de la población, ni siquiera solicitudes expresas de Organismos Internacionales (Asamblea Permanente de Derechos Humanos contra la aprobación de la Ley de Consulta Previa) que buscan evitar la promulgación de Leyes conflictivas han servido para poner un poco de cordura en nuestros representantes nacionales y menos en las ordenes que son dictadas desde el palacio de gobierno para que ellos actúen de esa forma.Quien hubiera pensado que esa mayoría parlamentaria que en un principio era el reflejo de la voluntad popular, ahora se vuelve en contra de sus mismos electores convirtiéndose en un instrumento de la injusticia, la necedad y el capricho que solo busca favorecer abiertamente a unos cuantos; en detrimento de los más débiles. Y que diferencia puede existir entre un gobierno dictador que rige sobre la base de Decretos Supremos y uno democrático en el cual sus legisladores aprueban leyes sin chistar, desconociendo reclamos airados de grandes grupos sociales y acatando a rajatabla las ordenes de sus jefes políticos? El poder otorgado por el pueblo debería ser usado de forma sensata, demostrando grandeza, entrega, desprendimiento y principalmente justicia. Seguramente el pueblo sabría pagar esa magnánima forma de actuar, renovando su confianza en las urnas. Lamentablemente no es el caso, el pueblo ha vuelto a ser traicionado, dividido, confundido y engañando. Pero esta vez el dolor es aún mayor por que la bofetada viene de personas en quienes se confiaba y se creía eran parte del pueblo, la decepción es amarga, permanente y seguramente generará mucha más desconfianza en una población ya muchas veces engañada y que sabiamente sabrá demostrar esa decepción en los próximos comicios. Consultor Independiente

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