No es una pandilla

Esta mezcla al contrario de las que preparan los farmaceutas, es mejor no agitarla. Vamos a esperar que madure, entonces.Ocupémonos entretanto de los reporteros, es decir los periodistas, pero de la casi mítica BBC de Londres, que le dedicaron a una información procedente de Colombia y...

Esta mezcla al contrario de las que preparan los farmaceutas, es mejor no agitarla. Vamos a esperar que madure, entonces.Ocupémonos entretanto de los reporteros, es decir los periodistas, pero de la casi mítica BBC de Londres, que le dedicaron a una información procedente de Colombia y relacionada con una violencia casi químicamente pura, solamente 100 palabras, cien palabras que confunden en vez de informar.Dice la noticia de la BBC que  “la policía en el norte de Colombia se encuentra en alerta máxima, después de que una pandilla criminal ofreciera una recompensa por asesinar a oficiales policiales”. Lo primero que hay que corregir es que no se trata de una “pandilla”, que podría confundirse con algún grupito de atrabiliarios muchachos de barrio, sino de un verdadero ejército de delincuentes, con más de 1.200 hombres fuertemente armados y algunos con más de 30 años de experiencia en esta forma de “guerra”, que tiene desangrada a Colombia.Llamar “pandilla” a “Los Urabeños”, como hace la noticia de BBC es, entonces, algo que por lo menos desacredita a la British Broadcasting Corporation, que es el nombre completo de la justificadamente famosa BBC.Los colombianos, comenzando por quien fuera su presidente, Alvaro Uribe Velez, a esos grupos armados que son en realidad ejércitos paralelos prefieren llamarlos “bacrim” que es una contracción del también eufemístico nombre de “bandas criminales” y que son los mismos grupos paramilitares, organizados originalmente para combatir a las guerrillas y convertido luego en una amenaza mayor que cualquiera otra, puesto que según confesión propia llegaron a tener más de un tercio del Congreso (Poder Legislativo) controlado por ellos.Todos, en algún momento, es decir guerrillas, paramilitares e inclusive las fuerzas armadas llegaron a vincularse en forma perniciosa (unos más que otros) con la producción y el tráfico de drogas ilegales.Ese tráfico, siempre estimulado en forma creciente por el también creciente consumo, sobre todo en las sociedades europeas y estadounidense, es lo que está en el fondo de toda la violencia, tanto en Colombia, como en México y en otros países.A eso, la noticia de la BBC le destina estas escasas siete palabras: “La pandilla controla gran parte del narcotráfico”.Y no es que sobre el tema no exista material de consulta. Hay muchos “violentólogos” que han escrito específicamente sobre eso. Además del famoso Johan Galtung, que publicó mucho sobre el asunto, está inclusive el periodista boliviano Ted Córdova Claure, que también publicó un libro sobre la violencia en Colombia.Y nos puso a nosotros también a estudiar sobre esto, por lo menos mientras maduran un  poco más algunos temas locales que tenemos pendientes.

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