¿Conoce usted Belindia?

Siempre estamos pendientes de Brasil, decíamos, pero las fiestas nos hicieron postergar algunos comentarios. Primero, aclarar eso de que dijo Cesar Guedes, representante de ONUDC de que “Bolivia ahora es un problema de Brasil”, porque existen más de un millón de brasileros que consumen...

Siempre estamos pendientes de Brasil, decíamos, pero las fiestas nos hicieron postergar algunos comentarios. Primero, aclarar eso de que dijo Cesar Guedes, representante de ONUDC de que “Bolivia ahora es un problema de Brasil”, porque existen más de un millón de brasileros que consumen cocaína.Hay que dejar varios asuntos en claro. Ni siquiera quien produjo por primera vez cocaína en un laboratorio era boliviano, ni peruano, ni colombiano. Era un farmacéutico italiano llamado Enrico Pizzi, y el representante de ONUDC debería saberlo muy bien, porque lo publicó en un libro muy bien documentado su antecesor en ese cargo, el también italiano Sandro Calvani.Dejemos también en claro que ONUDC es la agencia de Naciones Unidas dedicada a combatir “las Drogas y el Delito” y que su cúpula directiva está principalmente integrada por italianos. Pero de ninguna manera se nos ocurriría a nosotros decir que por culpa de los italianos no solo Bolivia, sino Colombia, Perú, México y varios otros países están sufriendo el flagelo de la cocaína.Siempre ONUDC ha intentado ser mesurada y respetuosa en sus expresiones, pero en la declaración que comentamos el señor Guedes cita “alegremente” cifras relacionadas con la producción de cocaína y deja una pequeña diferencia de 60 toneladas entre su versión y la de las autoridades estadounidenses.En la misma información, luego de aludir al mundial de futbol que posiblemente se realice en Brasil en el 2014, se adereza con esto: Una reciente investigación del diario brasileño Valor señala que en ese país aumentó sensiblemente el número de consumidores de cocaína por la bonanza económica de los últimos años.“Brasil pasó en los últimos diez años de ser un país de tránsito a uno de consumo” de cocaína, según Murilo Vieira, diplomático de la embajada brasileña en La Paz.Otro que bien baila y que debe estar en función diplomática por recomendación de algún padrino, porque si aumenta en el Brasil el consumo de sustancias prohibidas, es responsabilidad única, absoluta y exclusiva, de las autoridades brasileras.Porque el consumo está ligado a patrones culturales y en el Brasil se combinan la ostentación carioca, la opulencia y el consumismo paulista con la miseria de los sertãos, que hicieron proponer a alguien, inclusive, cambiarle el nombre al país por “Belindia”, Bel por la minoría europeizada privilegiada y en alguna forma parecida a la que se encontraría en Bélgica, y por supuesto, por las grandes mayorías despojadas, marginadas, estigmatizadas, como las castas inferiores en la asiática India.Semejante inequidad es una enorme viga que quienes hablan a nombre del Brasil debería tener en cuenta, a la hora de estar buscando pajas en ojos ajenos.

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