¿Transparencia es una vidriería?

En consecuencia, esté o no esté escrito, es algo sobre lo cual se debe tener fundamentos éticos claros.Pero primero, dejemos también claro que  la ética establece qué es lo moral, cómo se justifica racionalmente un sistema moral, y cómo se ha de aplicar posteriormente a los distintos...

En consecuencia, esté o no esté escrito, es algo sobre lo cual se debe tener fundamentos éticos claros.Pero primero, dejemos también claro que  la ética establece qué es lo moral, cómo se justifica racionalmente un sistema moral, y cómo se ha de aplicar posteriormente a los distintos ámbitos de la vida personal y social. En la vida cotidiana constituye una reflexión sobre el hecho moral, busca las razones que justifican la utilización de un sistema moral u otro.La ética es una de las principales ramas de la filosofía, en tanto requiere de la reflexión y de la argumentación, este campo es el conjunto de valoraciones generales de los seres humanos que viven en sociedad.En ese orden de ideas, un secreto es la práctica de compartir información entre un grupo de personas, escondiendo esa misma información a personas que no están en el grupo, por eso, el secreto es a menudo fuente de controversia. Muchas personas reclaman, al menos en algunas situaciones, que es mejor hacer pública una información dada y que ésta sea conocida por todos. Y en esas andamos desde que acabó la oscura Edad Media.Pero hay otra información, que se refiere al ámbito de la vida personal de un individuo, a su intimidad (a veces llamada con el anglicismo “privacidad”) y esa sí, debe mantener su confidencialidad.Tan malo es invadir esa intimidad, como pretender convertir en íntimo lo que ostensiblemente debe ser público y además transparente. Para eso tenemos hasta un ministerio de transparencia, que ya hemos dicho varias veces que no debe ser confundido con una vidriería.Además, en esta “era de la comunicabilidad”, cada vez se reduce más lo que  se debe y se puede mantener secreto y confidencial. El secreto bancario ya está muy venido a menos, porque es la única forma de evitar lavado de activos y tráfico de dinero mal habido. La confidencialidad de las comunicaciones “diplomáticas” hasta hace poco invulnerable, virtualmente ha desaparecido después de las revelaciones del sistema Wikileaks, que nos han hecho conocer a todos que esos comunicaciones de embajadores con sus “jefes” estaban cundidas de intrigas, de maledicencias y de supuestos que ponían ( y ponen) en peligro a sociedades enteras.Y así las cosas, vienen ahora a plantear confidencialidad y secreto en la relación de una organización no gubernamental con un grupo étnico que pretende cuestionar y contradecir al Estado Boliviano y a sus instituciones no solo legales sino también legítimas. Eso, por lo menos, es extravagante.  No es la única, pero si es una de las más importancias lagunas en nuestro ordenamiento constitucional que, recordemos, seguirá siendo perfectible siempre. Y en algún momento tendremos que ponernos manos a la obra en esa labor.

Más del autor