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¡Fuera responsabilidades!

No hablamos de cualquier persona, sino del presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales Ayma, quien hace dos días, en Sucre, según la agencia gubernamental de noticias ABI, dijo textualmente: “Compañeros y compañeras yo les decía, salvo una responsabilidad ante el país, la subvención...

No hablamos de cualquier persona, sino del presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales Ayma, quien hace dos días, en Sucre, según la agencia gubernamental de noticias ABI, dijo textualmente: “Compañeros y compañeras yo les decía, salvo una responsabilidad ante el país, la subvención es un cáncer para la economía nacional; este año vamos a pasar 700 millones de dólares de subvención”. No hay riesgo de tergiversación.El único, exclusivo y rotundo responsable de lo que pasa con los hidrocarburos en Bolivia, desde la última y ya desvirtuada nacionalización, es el gobierno. Y el gobierno, precisamente, está desde entonces encabezado por Evo Morales Ayma.Y no solamente en materia de subvenciones, sino en cuanto a industrialización del gas y más aún hasta en la adecuada y apropiada distribución del gas para el consumo nacional, el responsable sin réplicas es el gobierno, porque ya en marzo del 2006 había sido declarado “prioridad nacional” el gasoducto interno al occidente boliviano, GABO.No hay gasoducto, no hay industrialización, no hay un manejo técnico de las subvenciones y ahora resulta que ¡tampoco habrá responsabilidad! No exageremos.Porque las subvenciones a los combustibles no son responsabilidad de Poncio Pilatos, ni mucho menos. En más, en sí mismas las subvenciones son recursos que un gobierno puede o no emplear para ajustar situaciones anómalas en la economía. En varios países lo hacen. Y se puede hacer bien.Lo que convierte a las subvenciones en un cáncer es el manejo torcido de la macroeconomía. Torcido o definitivamente irresponsable. Irresponsable viene de “responsabilidad”. Responsabilidad que se convirtió en obligación del gobierno después de la nacionalización.Asumir esa responsabilidad y enmendar lo que estuvo y está mal hecho o descuidado, como la presidencia todavía “interina” de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos, las concesiones reactivadas a las corporaciones petroleras extranjeras, es lo que correspondería en vez de satanizar llamando “cáncer” a lo que no es sino elocuente muestra de mala administración de los verdaderos intereses del país.Pero existen leyes específicas para tratar los asuntos relacionados con “responsabilidades” y precisamente en materia petrolera se están tratando de aplicar a antiguos gobernantes. No a Pilatos, por supuesto, sino a otros más recientes y más próximos.Y lo único que por ahora deja un residuo de esperanza es que los delitos contra el Estado (que es el país y no el gobierno) no prescriben. Sin importar lo que se diga en los discursos. Amén.

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