De paradigmas y cantaletas

aunque muchos nos seguimos resistiendo a que pierda su calidad paradigmática.Pero aclaremos, primero, que paradigma es un conjunto de ideas, pensamientos, creencias que se aceptan como verdaderas sin necesidad de ponerlas a prueba de análisis. Está relacionado, también con “cosmovisión”,...

aunque muchos nos seguimos resistiendo a que pierda su calidad paradigmática.Pero aclaremos, primero, que paradigma es un conjunto de ideas, pensamientos, creencias que se aceptan como verdaderas sin necesidad de ponerlas a prueba de análisis. Está relacionado, también con “cosmovisión”, o sea el conjunto de experiencias, creencias y valores que afectan la forma en que uno percibe la realidad.En las tierras que después fueron Bolivia, la realidad mostraba, sin necesidad de especular, que existían abundantes recursos naturales, de materias primas. Y la industria no es sino el conjunto de procesos y actividades que tienen como finalidad transformar las materias primas en productos elaborados.Simple, sencillo, elemental. Y sin embargo la humanidad protagonizó una verdadera revolución industrial, de la cual Bolivia, hasta ahora, sigue ausente. Por eso nos suena a ironía que un estudio realizado por Global Entrepreneurship Monitor (GEM) - Bolivia 2010, (cualquier cosa que eso sea) y presentado por la universidad católica boliviana “San Pablo”, saque como conclusión que “Bolivia tiene una de las mayores poblaciones emprendedoras del mundo”.El estudio aclara que sólo un 25% de esa población ha recibido alguna vez capacitación para emprender, aunque la mayor parte de dicha capacitación la ha obtenido en forma voluntaria y empírica. Y resalta la falta de políticas públicas, programas gubernamentales, transferencia de investigación y desarrollo, y financiamiento para coadyuvar a estos emprendedores.Ahí está “la madre del cordero”. Tiene que ser el Estado el que convierta el paradigma de industrialización en realidad y no ha podido o no le han dejado hacerlo, ni con el estaño, el hierro, ni con el gas de petróleo ni mucho menos con recursos renovables, por ejemplo los forestales.Es que obras son amores y no buenas razones. O para usar el estribillo que muchos políticos han usado y abusado: Hechos y no palabras. Porque las palabras no terminan siendo sino materia prima para las cantaletas.Imposible no es. Si tenemos las materias primas (y las hemos tenido siempre) lo que nos hace falta es el recurso humano. Pero las universidades siguen prefiriendo producir para el desempleo o el subempleo profesionales inorgánicos, como abogados por centenas y por millares. El Fomo, que fue una institución estatal creada para capacitar mano de obra técnica terminó convertido en cuartel paramilitar y los recursos financieros se siguen considerando “ahorritos”, con el triste destino de dárselos a captadores extranjeros (estatales y privados) a cambio de “intereses” ridículamente bajos. Así no se puede.Industrializar un país es un proceso largo, complejo, pero no imposible y se tienen que dar muchos pasos conducentes a ese que tiene que ser un objetivo claro. Y tiene que ser paso a paso.Haciendo camino al andar.

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