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De la industrialización al “shale gas” (parte II)

En ese sentido Bolivia tiene la posibilidad de ser parte de naciones con posibilidad de generar oportunidades de exploración y posterior explotación de shale gas para exportación. Siempre dijimos, consecuentemente, ante aquellos que eran agoreros sobre que el tema de que nuestras reservas han...

En ese sentido Bolivia tiene la posibilidad de ser parte de naciones con posibilidad de generar oportunidades de exploración y posterior explotación de shale gas para exportación. Siempre dijimos, consecuentemente, ante aquellos que eran agoreros sobre que el tema de que nuestras reservas han disminuido, o que no es posible la industrialización de gas natural convencional en valor agregado, les reiteramos con voz más fuerte que Bolivia tiene la potencialidad de ser un suplidor nato de energía del Cono Sur: en productos derivados de energía y ahora con nuevas posibilidades de proyectos en gas no convencional que darán mucho que hablar en los próximos años.Obviamente los investigadores y analistas en Bolivia dedicados a geología y reservorios de hidrocarburos van a dar su palabra coincidiendo con estos criterios: el gas de ésta característica va a ser un componente perfecto para la economía boliviana y del Cono Sur.El shale gas estaría destinado, entre otras cosas, para generación eléctrica. Y habrá que ver más allá como se perfila el escenario para los otros tipos de gas no convencional.En resumidas cuentas: el gas es la llave del desarrollo boliviano. Siempre lo dijimos y repetimos hasta el cansancio y ahora con la buena noticia de que se puede incorporar a nuestros próximos cálculos la potencialidad de shale gas, del Tight Gas y del gas que proviene de la explotación del carbón.Las reservas de gas de los países desarrollados están empezando a medirse con mayor preponderancia, para los próximos años, del peso específico del shale gas en sus respectivas matrices de desarrollo energético.De momento Bolivia tiene que dedicarse: a tener una NPE Nueva Política Energética de largo plazo, un conjunto de políticas públicas que sustentadas en una LH Ley de Hidrocarburos promueva alta inversión y tecnología en el país para arrancar de una vez el proceso de industrialización de gas convencional a escala en valor agregado: petroquímica, generación de gas a diesel, electricidad, LNG (exportación vía licuefacción) y consolidar un negocio exportador de valor agregado para generar recursos financieros y hacer exploración geológica para ver cuál nuestra potencial de gas no-convencional.Por ello es que el camino a recorrer entre la industrialización y el gas no convencional es largo, puede ir en paralelo pero debe ser cuidadosamente recorrido de la mano de políticas concretas en energía, con institucionalidad, regulación  y transparencia.La “edad” del gas para Bolivia es apenas visualizada por su gigantesca potencialidad.* Máster en Administración y consultor del sector privado

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