No es utopía

hasta que creemos que podemos alcanzarla con la mano… ¿Por qué no la abrazamos?Y sí, ya sé lo que pasa aquí, después de tropezar cuatro, cinco o seis veces con la misma piedra, uno comprende (que no acepta) toda esa retahíla de autojustificaciones que se manejan; así son las cosas...

hasta que creemos que podemos alcanzarla con la mano… ¿Por qué no la abrazamos?Y sí, ya sé lo que pasa aquí, después de tropezar cuatro, cinco o seis veces con la misma piedra, uno comprende (que no acepta) toda esa retahíla de autojustificaciones que se manejan; así son las cosas aquí…, siempre ha sido así… no podemos hacer otra cosa…Hoy asistimos a una verdadera revolución social, era inconcebible por ejemplo, una trabajadora del hogar con derecho a jubilación, era imposible imaginar una Bolivia en la que todo el mundo pudiera leer y escribir, era inimaginable obtener una factura en un restaurante… y se hizo; tenemos una mayoría indígeno - campesina en el Congreso, tenemos un Presidente indígena!! ¿Era imposible?, NO, sólo era una utopía y el trabajo, el esfuerzo, el tesón de primero, unos pocos, luego unos cuantos y finalmente muchos lo hizo posible…El runrún continúa, es imposible, no se puede, así son las cosas… NO!, sigamos persiguiendo la utopía, sigamos alcanzando lo imposible, profundicemos en las reformas y en las mejoras; hace falta (YA) una segunda revolución social que alcance las entrañas de nuestro desprestigiado (a base de méritos) sector público. Colocar a los mejores, en los mejores puestos, a los más preparados, a los que saben y hacen, a los que tienen ganas de trabajar.Si algo hemos aprendido de la reciente caída del Señor Mario Cossío es que las peguitas, los colegueos, las amistades, los favores… no sirven de nada, porque a la hora de la verdad… si te he visto no me acuerdo. Nadie, nadie puede sentirse a salvo rodeándose de amiguetes y de eso deberían tomar buena nota todas las autoridades de éste país, superar de una vez éste maldito victimismo, desprenderse de prejuicios, cortar las cadenas y empezar a valorar a la gente por sus méritos, por sus capacidades, por sus trayectorias, sentirse a salvo sólo cuando realmente se hagan las cosas bien, y no sólo en el sector público.No se puede ser Gerente de un banco, Director de un hospital, ni siquiera Portero de discoteca por méritos ajenos al propio trabajo; porque a la hora de la verdad no sabrá identificar una buena operación,  no será capaz de coordinar su personal y sus servicios o dejará en la puerta a grandes consumidores…Si señores, creo que debemos estar hartos y decir basta ante la arbitrariedad de ciertos cargos, sobre todo públicos, si hemos conseguido cuestiones de gran calado, aprendamos de ello y no dejemos de aplicarlo, en el día a día, porque al final es el día a día lo que hace avanzar a un país y a una sociedad, cortemos de raíz y sometamos a todos nuestros funcionarios públicos, pero sobre todo a los que ostentan una gran responsabilidad a pruebas objetivas que garanticen su buen hacer más allá de que sean o no sean buenos o malos amigos del Presidente de turno, obviamente a nadie se le ocurriría prescindir de personal con 25 años en el ejercicio de su profesión pero dejémonos ya de advenedizos accidentales que aterrizan en puestos sin otro mérito y sin otra misión que garantizar cierto status quo, que como hemos dicho y vimos con Don Mario Cossío… no sirven de nada. Abracemos la utopía, la de verdad, la de todos los días… porque de verdad, es posible.

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