Escollos a la integración

Porque, además de la ignominiosa expulsión de Cuba en 1962, por inocultable instrucción desde Washington, la OEA guardó un cómplice e inexplicable hermetismo durante las dictaduras latinoamericanas de los 70’s y 80’s, que para muchos países, entre ellos Bolivia, fue un periodo...

Porque, además de la ignominiosa expulsión de Cuba en 1962, por inocultable instrucción desde Washington, la OEA guardó un cómplice e inexplicable hermetismo durante las dictaduras latinoamericanas de los 70’s y 80’s, que para muchos países, entre ellos Bolivia, fue un periodo tenebroso, del cual ni siquiera se conoce todos los vergonzosos crímenes que están aún pendientes de reparación, sin la cual es imposible la reconciliación.Pero no son los únicos “puntos oscuros” en la historia de la OEA, pues su actitud frente al despojo a la Argentina de las islas Malvinas, por parte de Gran Bretaña, mostró también en flagrancia la inconsistencia de pretender ser un “foro político panamericanista”.Cuando en 1962 Cuba fue excluida de participar en la OEA, la decisión fue tomada mediante la Resolución del 31 de enero de 1962. La votación en contra de Cuba se produjo con varias abstenciones de países latinoamericanos que no quisieron verse implicados, pero sí seguir manteniendo relaciones con Estados Unidos: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador. Solo México votó en contra de la exclusión.Hace dos años intentaron remediar la histórica vergüenza, con otra resolución que anula parte de aquella de 1962, pero los tiempos han provocado cambios esenciales en el concepto mismo de integración latinoamericana, que ahora se concibe sin los Estados Unidos, sin la doctrina de su presidente James Monroe (América para los americanos) y más bien en la concepción de Simón Bolívar, José de San Martin y Andrés de Santa Cruz y otros próceres “propios” nuestros.Sin embargo, que el proceso de integración real de la Patria Grande tenga escollos de toda clase es algo absolutamente previsible y esa inconsistente “corte” de derechos humanos será, con seguridad, una herramienta para tales fines.Lo más reciente en su repertorio fue el pronunciamiento esta semana a favor del político opositor venezolano Leopoldo López en una demanda que interpuso contra el Estado de Venezuela por su inhabilitación para ejercer cualquier cargo de elección popular.Es previsible que, así como López muchos otros políticos investigados y juzgados en nuestros países  “apelarán” ante esa corte, cuya legitimidad está sobradamente cuestionada, porque ya no se puede disimilar que depende del “poder de Washington”.Porque, como decía Marcelo Gullo, “la simple observación objetiva del escenario internacional muestra que la igualdad jurídica de los Estados es una ficción, por la sencilla razón de que unos Estados tienen más poder que otros”.El factor novedoso para buscar la integración a sabiendas de tal dificultad, es la existencia de una opinión pública cada vez más y mejor informada. Diferenciando, por supuesto, “opinión pública” de simple “opinión publicada”.

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