El suicidio en cifras

Santiago Alba Ric, en un artículo publicado el 4 de enero de 2002 titulado “El atentado suicida: la negación ‘sí’“ dice lo siguiente: “Hay que decir la verdad: los musulmanes se suicidan poco. Los musulmanes se suicidan mucho menos que los cristianos. Así lo registran las...

Santiago Alba Ric, en un artículo publicado el 4 de enero de 2002 titulado “El atentado suicida: la negación ‘sí’“ dice lo siguiente: “Hay que decir la verdad: los musulmanes se suicidan poco. Los musulmanes se suicidan mucho menos que los cristianos. Así lo registran las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud. En Francia, donde la gente se suicida muchísimo, el índice es de 19 suicidas por cada cien mil habitantes. En Alemania, de 15; en Canadá de 13; en Estados Unidos de 12. España se mantiene en niveles “occidentales”, un poco por encima de Inglaterra (8). Por contra, en Irán el porcentaje desciende a un inaprehensible 0,2, ligeramente más alto, sin embargo, que el de Egipto o Siria, donde el suicidio es casi inexistente (0,1). Los dos países musulmanes con mayor índice de suicidios, Kuwait y Bahrain, emiratos del Golfo corrompidos por el petróleo, se sitúan muy por delante de los otros, con un 2,2 y un 3 respectivamente, pero muy lejos, en cualquier caso, de nuestros registros occidentales. (Incluso los judíos de Israel se suicidan mucho más, casi tanto como los cristianos: 7 de cada 100.000).Los musulmanes se matan también muy poco entre sí. Se matan mucho menos que los cristianos. Todos los años, por ejemplo, mueren en EEUU 30.000 personas por arma de fuego, balance superior al de un año de guerra en los Balcanes. En Suecia, país europeo con los índices más altos, el número de homicidios alcanza un 10,3 (por cada 100.000 habitantes). En Canadá, Francia, Alemania, las cifras oscilan entre un 10 y un 7. En América Latina, la zona más violenta del planeta, se elevan hasta un 30,7. ¿Y los musulmanes? Jordania, con los porcentajes más altos, apenas si supera el 1 (1,053). Marruecos, por ejemplo, registra 0,877 homicidios al año (siempre por cada 100.000 habitantes); Turquía 0,520; Iraq 0,149; Egipto 0,037; Siria 0,017. (Los judíos de Israel, por su parte, asesinan también copiosamente, al mismo nivel que los cristianos, 6,278, muy por encima, por cierto, de los buenos cristianos españoles -sólo un 2,2-, influenciados tal vez por los siete siglos de presencia islámica en la península)”.Cada año mueren en el mundo más personas por suicidio que por accidentes de tráfico o por conflictos bélicos. En 1998, se estimaba que un 1,8% del total de muertes se debían a suicidios. Según las tasas actuales, se estima que en este año se suicidará un millón de personas, mientras que las tentativas oscilarán entre 10 y 20 millones. Cifras que justifican que se considere el suicidio un problema grave de salud pública, y como tal ha sido estudiado en el congreso de la Asociación Mundial de Psiquiatría.Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 1950 y 1995 las tasas medias anuales de suicidios han aumentado de 10,1 a 16 por 100.000 habitantes. Otro cambio significativo es que, mientras antes el suicidio se daba fundamentalmente entre personas de edad avanzada, ahora se ha convertido en una de las tres principales causas de muerte entre los de 15 a 35 años. Según la OMS, el 90% de los casos se deben a problemas mentales (particularmente la depresión) y a la drogadicción.La gente es más proclive al suicidio en los países ex comunistas, y las tasas han crecido allí desde la caída del comunismo. Pero no en todos. Las tasas más elevadas y en crecimiento se dan en los países bálticos y en Rusia. Las causas más evidentes parecen ser el trauma del cambio social y económico, con el paro, la desvalorización de las pensiones y la quiebra de la sanidad, todo lo cual contribuye al alcoholismo y la depresión. Sin embargo, los bálticos no están tan mal económicamente como los caucásicos -Georgia, Azerbaiyán, Armenia-, cuyas tasas de suicidio están entre las más bajas del mundo (aunque las estadísticas que proporcionan a la OMS pueden ser dudosas).Un estudio realizado conjuntamente por investigadores de la Universidad inglesa de Warwick, el Hamilton College, y la Universidad de San Francisco revela que países europeos como Dinamarca, Islandia, Irlanda y Suiza, u otros situados en el continente americano, como Canadá y Estados Unidos, todos ellos considerados entre los más felices del mundo, son también los países donde más suicidios se producen. Según los autores de la investigación, el nivel de felicidad de los demás sería un factor de riesgo de suicidio porque las personas descontentas que viven en lugares donde el resto de individuos son felices tienden a juzgar su propio bienestar en comparación con el de las personas que les rodean.¿Influye el clima? En Europa, países nórdicos con largos inviernos oscuros (Finlandia, países bálticos) tienen altas tasas de suicidio, mientras que países mediterráneos (España, Italia, Portugal, Grecia) están entre los más apegados a la alegría de vivir. En América, también las tasas de suicidio del Norte rico (EE.UU, Canadá) duplican o triplican, según los casos, a las de los países latinoamericanos.Las tasas de suicidio son muy superiores entre los hombres que entre las mujeres en todos los sitios, excepto en China (14,3 para los hombres frente a 17,9 para las mujeres).Entre el 12% y el 15% de las mujeres y del 5% y al 7% de los hombres padecen depresión inductora del suicidio. Pero, al parecer, una única dosis de ketamina, un anestésico de uso veterinario, alivia los síntomas de la depresión en unas pocas horas. Los tratamientos habituales necesitan de semanas e incluso de meses para desactivar los síntomas de la depresión. Así se deduce de un estudio realizado por el Instituto Nacional de Enfermedades Mentales estadounidense sobre 17 pacientes. De confirmarse el descubrimiento, sería de gran ayuda para los enfermos que padecen esta enfermedad nerviosa o mental. Así es que hay una esperanza.Pero a la postre, aun con algo que nos disuada del suicidio la preguntas siguen siendo las mismas: en determinadas condiciones, ¿a qué conduce aferrarse a la vida? ¿Tanto interesa la vida? ¿No se agota el interés por ella cuando, además de esas condiciones, ha desaparecido para siempre la capacidad de asombro?El cineasta sueco, Ingmar Bergman, hizo un crudo retrato de la vejez. “No se habla lo suficiente de lo duro que es volverse viejo, de lo humillante que resulta sentir que la vida del espíritu se va extinguiendo y que las propias entrañas te traicionan y sabotean”. “Espero tener el sentido, la capacidad y la oportunidad para planear y organizar mi muerte”. Superó esta crisis y murió de muerte natural.

Más del autor