Sobre “raros” y sobre “huérfanos”

Y así seguirá mientras quienes se ocupen de esas curiosas clasificaciones sean entidades en las cuales, así como en el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, lo importante, lo no raro, es lo que sucede en los países del centro hegemónico y lo raro, lo desvalorizado, lo extraño y...

Y así seguirá mientras quienes se ocupen de esas curiosas clasificaciones sean entidades en las cuales, así como en el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, lo importante, lo no raro, es lo que sucede en los países del centro hegemónico y lo raro, lo desvalorizado, lo extraño y por ende lo que no merece mucho atención es lo que pasa en los países de la periferia. En los países subordinados. Así declaro es el asunto.Y sin embargo, la Organización Mundial de la Salud, aunque un poco tarde porque fue en el año 2.000, puso a Brasil en la lista de los países que tienen la lepra como enfermedad endémica.Todo esto no pasaría de una curiosidad, sino fuera porque, como habíamos comentado en otra oportunidad, a las “enfermedades raras” les corresponden los “medicamentos huérfanos”.Uno de los principales problemas a los que debe enfrentarse un paciente ante una enfermedad rara es al conflicto entre los medicamentos huérfanos y la industria farmacéutica. Estos medicamentos huérfanos son aquéllos que sirven para diagnosticar, prevenir o tratar afecciones –con riesgo para la vida o de carácter muy grave – pero “poco frecuentes”, que no afectan a más de 5 por cada 10.000 personas en la Unión Europea.No importa cuán frecuentes sean en otros países, como por ejemplo en la India que es, con el Brasil, otro de los lugares donde la lepra es un flagelo.Las empresas farmacéuticas europeas y estadounidenses se muestran reticentes a desarrollar medicamentos huérfanos en condiciones normales de mercado, teniendo en cuenta que el coste de comercializarlos no se amortizaría con las ventas previstas de los mismos de no existir algún tipo de incentivo. Considerando medicamento huérfano aquel que va destinado a la prevención o tratamiento de enfermedades raras o de enfermedades graves más comunes pero que difícilmente sería comercializado por falta de perspectivas de venta una vez en el mercado.Pensemos en que si para el Brasil la lepra es todavía “enfermedad rara”, aunque ya figura el país en la tal lista de lugares con endemia de lepra, cuánto más difícil será para Bolivia enfrentar con probabilidades de éxito esa enfermedad, que como informara el doctor Mollo causa cada vez más bajas entre los bolivianos, pero no deja de ser “rara”.Es que también en el ámbito de la salud pública asoma sus odiosas narices el sacralizado “mercado” que domina en la Alopatía, término utilizado desde la homeopatía para caracterizar a la medicina convencional. Pero homeopatía, desde la visión europea no es una ciencia, con lo cual la discusión vuelve al punto de origen.

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