Educación en Chile: radiografía de un conflicto

De hecho, las familias chilenas están entre las que más recursos destinan por este concepto en el mundo. Este escenario ha impulsado una gran movilización social este año y después de tres meses de protestas estudiantiles, aún no se vislumbran soluciones concretas para un conflicto que puso...

De hecho, las familias chilenas están entre las que más recursos destinan por este concepto en el mundo. Este escenario ha impulsado una gran movilización social este año y después de tres meses de protestas estudiantiles, aún no se vislumbran soluciones concretas para un conflicto que puso en jaque al gobierno del Presidente Sebastián Piñera.Los estudiantes, escolares y universitarios, han desplegado una gran movilización que incluye bailes, disfraces, y un gran manejo mediático, con un gran uso de las redes sociales como Facebook y Twitter. Según el periodista y sociólogo argentino Pedro Brieger, la creatividad del movimiento ha permitido traspasar  los grandes monopolios de los medios de comunicación chilena.”Para mí lo más importante es el despliegue creativo de 50 mil personas, en lugar de 50 sujetos quemando un auto o haciendo destrozos, pero eso no vende”, señala.Para María Olivia Monckeberg, académica de la Universidad de Chile y creadora del libro “El negocio de las universidades en Chile, el conflicto sobre la calidad de la educación chilena se debe a la falta de debate sobre la función social de gran parte de las  universidades. “Detrás de las fachadas esconderse actividades y operaciones que poco o nada tienen que ver con la vida académica, la investigación o la formación de científicos y profesionales. En ese ambiente, se configura un panorama donde el lucro es motor y protagonista central”, comenta. Monckeberg agrega que para algunos el negocio educacional se trata simplemente de ganar dinero, donde la educación pasa a ser una mercancía o un servicio que se otorga a cambio de un elevado arancel. “Un universitario chileno paga mensualmente casi lo mismo que un suizo por todo un año de carrera. Eso, sin contar los altos intereses que debe asumir si pide un crédito para saldar esta deuda. Ambos países son miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), por lo que la comparación no debiera resultar tan disonante. Pero en la práctica lo es. Mientras Suiza destina el 8 por ciento de su PIB a educación, Chile solo invierte el 4,4 por ciento, muy por debajo del 7% recomendado por la Unesco. No obstante, el sistema educativo chileno en uno de los más segregados del mundo”, señala.Por su parte, el Secretario General de la OCDE, Angel Gurría, comenta que Chile debe centrarse en el desarrollo de una población activa bien educada y altamente calificada. “Sólo entonces será posible un mayor crecimiento. El reto ahora consiste en asegurar que todos los niños tengan acceso a una educación de alta calidad, porque los avances en estos y otros campos, le permitirán a Chile seguir avanzando con determinación en el combate a la pobreza y la eliminación de las desigualdades, dos de los desafíos más grandes a los que aún se enfrenta este país”, comenta.

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