La prensa y los valores

El mecanismo actual está hecho para eso; libertad de empresa no solo de prensa. Creo que no se debería pedir algo que podemos exigir por derecho e incluso tenemos obligación de hacer como ciudadanos; que se enseñen valores en las frecuencias de televisión que son de la sociedad en su conjunto, la cual se ve afectada integralmente por los mensajes masivos que crean determinados “climas” de terror e inseguridad desde los informativos fundamentalmente. Valiéndose de una base de realidad, perjudican al país fomentando enfrentamientos y desintegración usando los muy manidos “maquillajes” periodísticos. Unos cuántos litros de sangre aquí, otro tanto de bajezas allá, con la consabida y machacona repetición de un mismo hecho delictivo enmarcado en sonido e imagen apropiados a la puesta en escena. El mercado impone los criterios y tales métodos son producto de la necesidad de lucro. No hay límites ni frenos morales más que los pautados por las ventas.Es necesario escuchar y participar en el debate sobre una eventual ley de medios que traiga cierta equidad en las propuestas televisivas a la población. La democratización de la información está en hora de hacerse realidad. Los consumidores entre otros tienen, tenemos, mucho para decir ya que desde allí envenenan o alimentan a nuestros hijos e hijas del Uruguay que se viene y el que actualmente compartimos.Pedir “elementos de formación” tiene la virtud de encarar la discusión aunque pienso que no cambiarán de actitud con una mera solicitud. Si colaboran en destruir la sociedad hay complicidad y hay omisión de quienes pueden hacer algo por cambiar esta realidad y no actúan. Pronto no va a quedar nadie para comprar lo que venden a costa de mostrar tripas, degradación y fiebre de consumismo. La violencia más cruda que han contribuido a generar y que chorrea como lava ardiente, se les va a meter dentro de la producción del noticiero y no virtualmente. Si tienen poder para ayudar y además hacen fortunas con los canales de televisión, tienen carga cívica de solidaridad y debería instrumentarse dicho cumplimiento. Esto escapa al terreno del arbitrio personal. No puede ser una gracia que la prensa nos conceda el colaborar con la paz social, debería ser una obligación determinada por políticas de Estado. ¿Porqué algunos van a tener un arma formativa tan poderosa como un medio de difusión masivo cuya frecuencia es propiedad de la población, para usarlo exclusivamente en beneficio propio y de acuerdo a su ética particular decidiendo con absolutismo lo que muestran y lo que esconden, siendo de pleno conocimiento que por acaparar tele audiencia mayoritariamente cooperan a crear un mundo más caótico y devastado?Se manipula una comunidad desde la pantalla eso nadie lo ignora, entonces hagamos algo por la diversidad del pensamiento y la convivencia en armonía, usando el poder mediático para estimular las buenas costumbres. Es posible y deben marcarse los derroteros.Es un tema de responsabilidad social y política.