Un centenario para recordar

Y para que lo conozcan más de cien millones no es necesario haber sido un genio excepcional, pero si haber hecho bien lo que asumió que tenía que hacer. Pero digamos a quién nos estamos refiriendo, de quién estamos hablando, porque caso contrario comenzaremos a hacer lo que precisamente lo...

Y para que lo conozcan más de cien millones no es necesario haber sido un genio excepcional, pero si haber hecho bien lo que asumió que tenía que hacer. Pero digamos a quién nos estamos refiriendo, de quién estamos hablando, porque caso contrario comenzaremos a hacer lo que precisamente lo hiciera famoso a él: cantinflear.Son mucho más de cien millones las personas que conocen a Cantinflas, si no personalmente ni por sus treinta y pico películas porque, finalmente, hasta la Real Academia de la Lengua Española ha incorporado “cantinflear” en nuestro lenguaje.Y del nacimiento de semejante personaje se cumplirán esta semana (el viernes 12) cien años. Definitivamente, no se puede ignorar a Fortino Mario Alfonso Moreno, que era así como se llamaba ese cómico mexicano que llegó a convertirse en el símbolo de América Latina.Expresiones como: “¡Ahí está el detalle! Que no es lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario”, según el escritor Carlos Monsiváis “le permitieron al pueblo tomar las riendas de un idioma que era patrimonio de los políticos. La presencia de su legado hoy en el diccionario de la siempre ortodoxa Academia lo confirma, ante todo, como un ídolo popular con el que no solo se identificaron los mexicanos del común, sino todos los latinoamericanos”.O, como sostuvo en una conferencia el, filólogo y lingüista Fernando Antonio Ruano Faxas:“El lenguaje tiene vida propia, casi como si las palabras, y no las personas, se comunicaran entre sí. Incluso las pinturas prehispánicas ilustraban la conversación por medio de globos que revoloteaban en suspenso frente a los oradores. Las promesas huecas y las mentiras francas salen fácilmente, puesto que las palabras no tienen valor intrínseco propio.Y por ese camino tenemos material para especular hasta el infinito. Esa no es la finalidad, por supuesto, sino rendirle un homenaje a quien, además, fue el primer secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica en México y, en su estilo, un tenaz luchador contra la injusticia social.Este singular obrero del arte, siempre enfatizó en su origen popular. “En cualquier condición que esté soy pueblo y lo seré toda mi vida”. Porque conoció en su infancia lo que era vivir entre necesidades, ya siendo celebridad creó la Casa del Actor y apoyó la construcción de viviendas de interés social en la Colonia Magdalena del Distrito Federal, en México.Y quienes más deberían reconocer el aporte de Mario Moreno al lenguaje son los políticos (o quienes dicen serlo) porque para muchos de ellos parecen querer imitar su estilo y en ellos encaja como anillo al dedo la definición que en 1992 la Real Academia Española introdujo en su diccionario para el verbo cantinflear:”hablar de forma disparatada e incongruente y sin decir nada”.

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