Una Constituyente para Chile

El malestar que vive Chile ya no es novedad, pues ya hace semanas que el “orden público” está alterado hace semanas y los estudiantes, que fueron el detonante para todo esto al oponerse a la educación-negocio, ya anunciaron que el próximo martes, pasado mañana, volverán a las calles.El...

El malestar que vive Chile ya no es novedad, pues ya hace semanas que el “orden público” está alterado hace semanas y los estudiantes, que fueron el detonante para todo esto al oponerse a la educación-negocio, ya anunciaron que el próximo martes, pasado mañana, volverán a las calles.El más reciente capítulo de esta convulsionada historia se presentó el jueves pasado, cuando los manifestantes se tomaron algunas calles pero el gobierno se empecinó en evitar que se tomaran la emblemática avenida Alameda y la policía la mantuvo cerrada todo el día, desde la madrugada hasta casi medianoche.La reseña periodística habla de  “conflictos y cortes de tránsito en las más importantes vías alternativas, provocados por la dispersión en grupos de estudiantes que en cualquier parte levantaron barricadas para protestar. La ciudad entera se convirtió en un infierno. Fue un día perdido para la sacrosanta economía. El “resguardo del orden público” condujo a 18 horas de anomia urbana generalizada, o sea, el gobierno logró el “desorden público”.Los medios de comunicación que dedicaron todo el día a la cobertura especial a los espectaculares acontecimientos dejando de lado la programación ordinaria de la televisión y radio.Llama la atención que ningún partido político puede atribuirse la conducción de este extraordinario movimiento social “por una educación pública gratuita y de calidad garantizada por el Estado y la Constitución, que cada vez gana más apoyo. Los estudiantes no van tras simples reformas, sino por un cambio estructural de gran profundidad, que jamás concibió la clase política adulta cuestionada.Pero lo que comenzó como protesta estudiantil se ha “descarriado”  porque gran parte de los desórdenes y el pillaje son protagonizados por sujetos, ajenos al mundo estudiantil y que la policía es incapaz de controlar. Incluso, muchos de esos elementos pertenecen a sus filas y son infiltrados para “labores de inteligencia”.Y mientras tanto, encuestas de aceptable confiabilidad  muestran que la aceptación del presidente Piñera bajó y apenas alcanza al 26% de la ciudadanía consultada.Por eso, el futuro de la sociedad chilena hoy es impredecible, pues aceptación del Congreso también es baja en las encuestas. La Concertación opositora tiene 22% de aprobación y la coalición del gobierno de Piñera 24%. La ardua tarea política emprendida por los estudiantes rebasa las instituciones del Estado y los partidos políticos,  por lo que no son pocos quienes creen que llegó el momento de descartarla constitución de Pinochet redactada entre cuatro paredes en 1980, y reemplazarla por una Carta Magna redactada de una Asamblea Constituyente.¿La convocarán?¿Cuándo?

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