Recordando Watergate
Pero bastó un principio de “acuerdo” entre los partidos políticos gringos, para que minutos después los buscadores de Google ya tuvieran en la red dos mil noticias relacionadas. Eso, lo único que demuestra es la capacidad que tiene el sistema para manipular información, especialmente...
Pero bastó un principio de “acuerdo” entre los partidos políticos gringos, para que minutos después los buscadores de Google ya tuvieran en la red dos mil noticias relacionadas. Eso, lo único que demuestra es la capacidad que tiene el sistema para manipular información, especialmente aquella información que ver con su víscera esencial (el capital) y que va dirigida a los países periféricos. (Si se prefiere se los puede llamar países subordinados).Pero el sistema, en la parte informativa, ya tiene muchas fisuras y las de Wikileaks fueron las más publicitadas, pero no las únicas.Un buen analista de la economía, Alejandro Nadal, por ejemplo, ayer mismo publicaba algo que, entre otras cosas, dice: “En realidad, un gobierno puede reducir el déficit de dos maneras: puede aumentar sus ingresos fiscales o puede reducir el gasto público. Las encuestas revelan que la mayoría de los estadounidenses están en favor de aumentar los impuestos a los estratos más ricos, los que se han beneficiado del modelo neoliberal durante décadas. Pero la clase política en Washington (es decir, ambos partidos) ya ha aceptado que incrementar la recaudación no es el camino para reducir el déficit. Aquí ha demostrado quién detenta el poder real en la democracia estadounidense”.Y en esas estamos. Pendientes de Washington, aunque no sea por agrado, propiamente. Pero hay algo adicional, hoy, para ese interés. Tiene que ver con Richard Nixon, Watergate y asuntos colaterales. Después de dimitir el nueve de agosto de 1974, Nixon prestó testimonio en un juicio a algunos de sus más estrechos colaboradores, muchos de los cuales fueron condenados. Hasta ahora ese testimonio lo han mantenido en secreto y los humanos de la calle sólo conocemos del asunto lo que Hollywood quiere hacernos creer.Pero el historiador Stanley Kutler llevó a juicio al departamento de Justicia y el juez Royce Lamberth ha ordenado que se revele qué dijo Nixon en aquel juzgado.Si no intervienen nuevamente esas fuerzas poderosas que logran torcer todo, inclusive la historia, sabremos, finalmente, algo más sobre ese momento en el que parece que realmente republicanos y demócratas estuvieron enfrentados y no como ahora, cuando es evidente que acabarán poniéndose de acuerdo para intentar salir de su crisis recortándole beneficios a su propio pueblo y no aumentándoles impuestos a sus propios millonarios. Estando ya en esas, hay menos argumentos para impedir que también se destape cómo y cuánto intervino Richard Nixon en el asesinato del presidente chileno Salvador Allende. Porque lo hizo, así como siempre ha intervenido el gobierno estadounidense en cuestiones que atañen solamente a otras naciones, cuya soberanía dicen en Washington reconocer, a pesar de que han demostrado hasta la saciedad que eso no es cierto.Todo esto nos ratifica en aquello que hace muy poco sosteníamos y es que de las crisis se pueden obtener ventajas. Finalmente, esta es crisis del sector financiero, no nuestra.