La petroquímica nos está esperando

Sería muy malo, pero hay que reconocer que también es malo que esos recursos permanezcan en caja y en bancos, ociosos y significando un altísimo costo de oportunidad. Porque no hay departamento ni municipio en Bolivia que no tenga necesidades concretas en las cuales invertir. En el caso de Tarija no solamente hay necesidades, sino también proyectos de aprobación ciudadana unánime, como la creación de Inpetar, la Industrializadora de Petróleo de Tarija, que debe nacer, y pronto, porque en el caso de “nuestro” gas el costo de oportunidad es particularmente alto, porque encima de que no está generando valor agregado… se agota.A esa intención del gobierno nacional de “apropiarse” de esos recursos financieros ya le han replicado con varias voces de alerta, unas más alarmadas que otras, en función de identidades y de intereses trasminados de política. Para el caso específico de Tarija, de Inpetar y de nuestro gas (que no hay razón para escribirlo ente comillas, porque realmente es nuestro) desaparecen las diferencias políticas, porque la importancia y la urgencia de la petroquímica ya fueron sometidas a consulta y no hay oposición ni la habrá, porque denotaría torpeza o mezquindad. O, peor aún, un alineamiento consciente o no a intereses de las corporaciones transnacionales que se verán claramente afectadas con la concreción de la industrialización en Bolivia, que pasa por dar el primer paso: la planta separadora de líquidos del Chaco.Entonces estamos de acuerdo y lo que falta es acometer las acciones pertinentes para concretar el proyecto. Y aquí sí es imperioso actuar todos: Senadores y diputados que representan a Tarija en la “Pluri”; gobierno departamental íntegro, o sea Ejecutivo y Asamblea, organizaciones de la sociedad civil, hagan o no hagan parte del Comité Cívico, gremios profesionales y organizaciones sindicales, inclusive clubes de leones, de rotarios o deportivos, es decir todas las organizaciones civiles que se precien de ser tarijeñas y de tener compromiso con esta tierra. Así, unidos y con un proyecto concreto, ningún obstáculo será insalvable y dudamos que alguien se anime a tocar nuestros recursos financieros descentralizados. Pero el riesgo existe y puede ser fundamentado en aquello que ya mencionamos y que es el “costo de oportunidad”.Seguramente que los economistas podrán (y deberían) explicar a la ciudanía tarijeña qué es y cómo se establece en el caso de los recursos financieros tarijeños que no se ejecutan ese costo o coste de oportunidad, que en finanzas se refiere a la rentabilidad que tendría una inversión considerando el riesgo aceptado. Sirve para hacer valoraciones, contrastando el riesgo de las inversiones o la inmovilidad del activo.Para decirlo en lenguaje sencillo es lo que “cuesta no hacer” estando todas las condiciones para hacerlo. Pongámonos entonces en campaña y manos a la obra hoy, porque mañana podría ser tarde y que aquellos a quienes hemos elegido para cualquier función, en organizaciones públicas o privadas, cumplan su obligación, porque para eso fueron elegidos.La petroquímica nos está esperando.