Monsanto nos diluye la buena noticia

—única garantía de la seguridad alimentaria que tanto vamos a necesitar en esta coyuntura de crisis mundial y de amenaza creciente de los agronegocios— y que mostraba una nueva vitalidad del Pacto de Unidad.Pues bien, este domingo —aniversario de la CSUTCB, y como digno homenaje a ella—...

—única garantía de la seguridad alimentaria que tanto vamos a necesitar en esta coyuntura de crisis mundial y de amenaza creciente de los agronegocios— y que mostraba una nueva vitalidad del Pacto de Unidad.Pues bien, este domingo —aniversario de la CSUTCB, y como digno homenaje a ella— se promulgó dicha ley, que efectivamente contiene las positivas novedades que subrayábamos, menos una, y esta disminución de novedad no es cualquier cosa, ya que tiene que ver nada menos que con los famosos transgénicos. A lo largo del mes se levantó una fuerte polémica sobre el tema, y las autoridades correspondientes nos decían —nos siguen diciendo— que no había de qué preocuparse. Y ahora, con la ley promulgada. Vemos que sí hay —y mucho— de qué preocuparse.Concretamente el Artículo 15 establece que “No se introducirán en el país paquetes tecnológicos agrícolas que involucren semillas genéticamente modificadas de especies de las que Bolivia es centro de origen o diversidad”. De donde se deduce —¿o alguien piensa que no?— que sí se permitirá la introducción de paquetes transgénicos del resto de especies que no tienen su origen en nuestro país (entre ellas el tomate, el café, el cacao, el sorgo, y tantas otras de las que Bolivia no es centro de origen, la más preocupante la soya).¿Por qué la soya es la más preocupante? Fundamentalmente porque es parte de una cadena alimenticia de la que es imposible zafarse. Uno puede no consumir soya en forma directa, pero resulta que la soya es componente esencial de la alimentación de las vacas lecheras y de las gallinas y pollos; por tanto quien consume leche, huevos y carne de pollo está ingiriendo soya, y en estos momentos casi el cien por ciento de la soya que se produce en Santa Cruz es transgénica. Además la soya está presente en muchos otros productos, como lamentablemente el chocolate (que siempre contiene la famosa lecitina de soya).Pero además del daño a la salud está el daño a la economía campesina —y a la soberanía alimentaria, supuestamente el objetivo final de la ley—, porque las semillas de esas especies de las que Bolivia no es centro de origen se tienen que comprar de las grandes transnacionales, como la tristemente famosa Monsanto, que de esa manera tendrán bajo control nuestra seguridad alimentaria (y que tienen el poder suficiente para salirnos cualquier día con que el maíz no es originario de Bolivia, claro que son capaces).Cierto que el mismo Artículo 15 añade que tampoco se introducirán “aquellos (paquetes) que atenten contra el patrimonio genético, la biodiversidad, la salud de los sistemas de vida y la salud humana”. Pero ¿lo dice en serio? Si lo dijera en serio se limitaría a establecer cero transgénicos, puesto que todos atentan contra la salud humana y contra la salud de los sistemas de vida.Por su parte el Artículo 19 afirma que “se establecerán disposiciones para el control de la producción, importación y comercialización de productos genéticamente modificados”. O sea que en determinadas condiciones sí se permitirá la producción, importación y comercialización de dichos productos; exactamente lo contrario de lo que establece el Artículo 255 de la Constitución (inciso 8) que no habla de control sino de “prohibición de importación, producción y comercialización de organismos genéticamente modificados”; y exactamente lo contrario de lo que planteó tajantemente nuestro Presidente en la Cumbre de Tiquipaya.Si por una parte Evo lo dijo con toda claridad, y por otra parte el Pacto de Unidad no incorporaba estas libertades en la redacción original de la ley de Desarrollo Productivo ¿quién logró introducirlas en el texto que se ha aprobado? ¿Quién puede creer que dicha revolución será compatible con la intromisión en nuestro país de la Monsanto y sus congéneres? A muchos nos gustaría saberlo.*Rafael Puente es ex gobernador de Cochabamba.

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