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La ley chilena de 31 de octubre de 1842, otra prueba de falsificación de la historia

Ya hemos manifestado en muchos artículos que Chile se fundó con tres escasas provincias: la capital Santiago, Concepción y Coquimbo, conforme establecen sus primeras constituciones de 1812 y 1818, y de acuerdo con el “Uti Possidetis Juris de 1810”, en las que ni sospecharon de Atacama....

Ya hemos manifestado en muchos artículos que Chile se fundó con tres escasas provincias: la capital Santiago, Concepción y Coquimbo, conforme establecen sus primeras constituciones de 1812 y 1818, y de acuerdo con el “Uti Possidetis Juris de 1810”, en las que ni sospecharon de Atacama. Recién la de 1822 señala como límite norte el despoblado de Atacama; la de 1823 su artículo 4° dice “hasta el despoblado de Atacama”; la de 1828 en su Art. 2° dice: “Su territorio comprende de norte a sur, desde el desierto de Atacama hasta el cabo de Hornos” ampliando sus provincias a ocho: Coquimbo Aconcagua, Santiago, Colchagua, Maule, Concepción, Valdivia y Chiloe; y la de 1833 que tuvo larga vigencia señala: “Se extiende desde el desierto de Atacama hasta el cabo de Hornos...”, pero ninguna habla de Atacama como pertenencia de Chile, hasta la ley citada de 1842 con que se apropia de las guaneras de Atacama y sus islas e islotes en territorio boliviano.Pero esta ley dictada, que todavía es una intromisión tímida sobre territorio boliviano, referida a guanos, la radicaliza el gobierno de Bulnes con otra ley de 31 de diciembre de 1843, creando la Provincia de Atacama hasta el Paralelo 23 de Latitud sur.Estas acciones abusivas son objeto de varios reclamos diplomáticos de Bolivia, que son desviados con esa estrategia que habría de ser el comportamiento invariable de Chile, de hacer uso de estrategias dilatorias y dejar pasar.No obstante la indiscutible verdad de que Chile nunca pasó del Paposo en el Paralelo 25°, 21’, 26”, ha tergiversado los límites geográficos descaradamente, enseñando negro como blanco, no obstante la existencia de la Historia de Chile de César Famin, publicada en Barcelona en 1839, primera historia oficial donde se lee: “El reino de Chile forma una de las subdivisiones más naturales de la América del Sur. Confina al norte con la República de Bolivia, de la cual le separan el río Salado y el gran desierto de Atacama”.La misma ley de 31 de octubre de 1842 desmiente a Chile que Atacama le perteneciera, evidenciando la falsificación histórica. Veamos:De acuerdo con la fundación de Chile y de sus primeras constituciones, la última provincia al norte era Coquimbo, en esto no hay discusión. Por eso dicha ley de 1842 cuando dice “...las guaneras que existen en las costas de la provincia de Coquimbo”, está refiriéndose a territorio chileno, pero cuando añade “en el litoral del desierto de Atacama y en las islas e islotes adyacentes”, incuestionablemente está saliéndose de su territorio, internándose en el del vecino de Bolivia, porque la provincia Coquimbo confinaba en el río Salado .Por eso sus mismos críticos han alegado: “¿con qué derecho pudo el presidente Manuel Bulnes Prieto firmar la ley de 31 de octubre de 1842 mediante la cual se declaraba de propiedad chilena las guaneras ubicadas en el norte hasta el grado 23, 6’ de latitud sur?”.El prestigioso jurista chileno, don José Victorino Lastarria ha dicho: “Chile ha extendido siempre su imperio y jurisdicción en el norte hasta el territorio del Paposo (río Salado) y Bahía de nuestra Señora” (Constitución de Chile. Comentada).De ahí adelante, la falsificación histórica de Chile ha ido en ascenso y de tanto mentir, ¡hasta los bolivianos se lo han creído!Este proceder de Chile ha sido permanente, cambiar los acontecimientos, desfigurar la historia, modificar los accidentes geográficos, ni qué decir de los límites. De esta forma, según el país vecino Bolivia le declaró la guerra, lo que jamás aconteció; los límites del Pacto de Tregua internados a más territorio boliviano, como los límites entre Tarapacá y Bolivia diseñados a su antojo, avanzando hasta el altiplano de propiedad inmemorial boliviana, es su dominio absoluto y perpetuo; los tratados que firmó con Bolivia que no le convinieron, los desconoció sin escrúpulos, para presentarse después ante el mundo como el campeón de la intangibilidad de los tratados, sólo cuando se trata del de 1904. Para los chilenos los manantiales desviados por medios artificiales son un río internacional; pueden ellos explotar y aprovecharse de nuestros recursos y pasearse a este lado de la frontera, como Pedro en su casa, y sus policías pueden capturar y humillar a soldados bolivianos cuando por un error circunstancial se internan a Chile. En fin, el omnipotente Estado chileno, por la razón o la fuerza, prevalido de su poderío económico y militar, se puede permitir toda licencia que no admite a los demás Estados, porque su honor y decoro nacional no lo permite.¿De dónde nace tanta soberbia? Si en la agresión del Litoral boliviano fue el apoyo inglés; desde entonces es la riqueza desbordante a manos llenas que le tributaron los territorios despojados a Bolivia y al Perú. Su prepotencia y poder nació del despojo, no lo produjo su propio valer patrimonial que fue muy esmirriado.Ahora, después de los permanentes ofrecimientos de arreglo, concluyen en lo mismo: “Que Chile no tiene asuntos pendientes con sus vecinos, con Bolivia tiene un tratado intangible”, son ultrajes que indignamente ha consentido el sufrido pueblo boliviano. Pero estamos esperanzados en la justicia internacional. Sólo tenemos que plantear una demanda precisa y consistente. Y si salimos defraudados de este empeño, Bolivia seguirá luchando por su reivindicación, hasta que un día vuelva a su mar cautivo.*Publicado en El Diario el 3-7-11

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