Nuestro río Madera

Y dice: “Ayer, según informa la agencia Ansa, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, accionó las máquinas para desviar el río Madera, en la frontera con Bolivia, como parte de los últimos ajustes para la entrada en vigor a fin de año de la central hidroeléctrica Santo Antonio, en el...

Y dice: “Ayer, según informa la agencia Ansa, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, accionó las máquinas para desviar el río Madera, en la frontera con Bolivia, como parte de los últimos ajustes para la entrada en vigor a fin de año de la central hidroeléctrica Santo Antonio, en el estado occidental de Rondonia”.Desviar el rio Madera no es algo irrelevante. Comencemos por revisar lo que la cuenca de ese rio es. Si bien el Medio y el Bajo Madera (o Madeira) tienen cuencas que están completamente en territorio brasilero, el Alto Madera, aguas arriba de Villa Bella, está integrado principalmente por los ríos Beni, Mamoré, Madre de Dios e Iténez/Guaporé. El tramo más largo es el que correspondería al sistema Mamoré-río Grande, con unos 1.950 km de longitud. Supone dos terceras partes de la superficie de drenaje de la cuenca total.El Alto Madera tiene su fuente en el centro de la meseta boliviana, al oeste del departamento de Cochabamba, tras atravesar la cordillera Oriental de los Andes bolivianos con el nombre de río Grande. Llega a la llanura de Santa Cruz de la Sierra para a continuación, dirigirse al noroeste, y finalmente al norte, hacia las regiones ecuatoriales.No estamos hablando, entonces, de un arroyito, sino de una cuenca hidrográfica que afecta a gran parte del territorio boliviano. El gobierno boliviano expresó hace un mes, en un acto convocado por la Embajada de Brasil en La Paz, su profunda preocupación por los posibles y graves impactos socio-ambientales y económicos que se producirían en territorio nacional como consecuencia de la construcción y funcionamiento de dos mega represas en la Amazonía fronteriza de Brasil.“En Bolivia estamos muy preocupados por los posibles impactos que tendrán las represas brasileñas, especialmente de Jiraú”, dijo el viceministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, Juan Carlos Alurralde.Según el Viceministro, las mega represas de Jiraú y San Antonio, --la primera a 84 kilómetros de la frontera con Bolivia y que entraría en funcionamiento en enero de 2013, y la segunda a 190 kilómetros del territorio boliviano y que operaría desde 2012— podrían provocar grandes impactos en Bolivia, según los estudios y análisis preliminares.Esos impactos  tienen que ver con muchas cosas, pero principalmente con las poblaciones  bolivianas que dependen del rio para su subsistencia y que serán severamente afectadas con los efectos colaterales de las represes brasileras.Estos efectos sociales tienen que ver con la migración de las poblaciones indígenas y campesinas. Impactos sobre la biodiversidad acuática, caída en el empleo pesquero, daños a la economía pesquera y a la seguridad alimentaria. Deterioro en los ingresos y en la calidad de vida.Otra gran preocupación es que se podría provocar la inviabilidad técnica y económica de pequeños proyectos hidroeléctricos bolivianos, destinados a la generación de electricidad para consumo interno.  Y hay más, mucho más, que no puede quedarse simplemente así. Nos deben muchas explicaciones.

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