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Nuestra universidad

Es posible que ayer mismo se haya conocido el resultado de esas elecciones y cualquiera que haya sido existen parámetros inmodificables sobre los cuales el nuevo rector tendrá necesariamente que actuar. El principal, es la autonomía. La autonomía universitaria no se discute.  En la...

Es posible que ayer mismo se haya conocido el resultado de esas elecciones y cualquiera que haya sido existen parámetros inmodificables sobre los cuales el nuevo rector tendrá necesariamente que actuar. El principal, es la autonomía. La autonomía universitaria no se discute.  En la Constitución Política del Estado se establece que autonomía universitaria consiste en la libre administración de sus recursos, el nombramiento de sus autoridades, su personal docente y administrativo, la elaboración y aprobación de sus estatutos, planes de estudio y presupuestos anuales; y la aceptación de legados y donaciones, así como la celebración de contratos para realizar sus fines y sostener y perfeccionar sus institutos y facultades. Es también mandato constitucional que “las  universidades públicas constituirán, en ejercicio de su autonomía, la Universidad Boliviana, que coordinará y programará sus fines y funciones mediante un organismo central, de acuerdo con un plan de desarrollo universitario”.O sea que la autonomía no convierte a las universidades en “ruedas sueltas”. La autonomía universitaria no es un territorio dentro del Estado de Derecho, sino un organismo colectivo social con fines eminentemente científicos y sobre ello es que cae el concepto de autonomía. La Universidad nunca es cien por ciento autónoma por cuanto dependerá siempre del presupuesto nacional para su subsistencia y de los demás órganos estatales para su control y orden.Pero no es la autonomía lo que en este momento se está debatiendo, sino el modelo de administración de “nuestra universidad”.Estas últimas palabras están destacadas por las comillas, porque precisamente eso es lo que tiene que consolidar la universidad de Tarija: el recíproco sentido de pertenencia entre ella y el departamento.Todos, en Tarija, tato individuos como instituciones, tenemos que ver a la Juan Misael Saracho como “nuestra” y no solo como “la” universidad. Todos los universitarios, de todos los estamentos, es decir estudiantes, administrativos y académicos tienen que sentir a Tarija como “su” departamento.El sentido de pertenencia vuelve más intensa la relación, más comprometida.  Esto demandará programas concretos y muy eficientes para lo que usualmente se conoce como “extensión” universitaria, es decir por dónde y cómo la universidad se proyecta hacia la comunidad tarijeña.Si esta interacción se cumple bien, casi en forma automática se refuerza el otro rol de la universidad que tiene que ver con la “pertinencia” de sus programas.Tarija es un departamento que está cambiando en forma acelerada. Es más: quienes no hayan visitado Tarija en los últimos diez años hoy tendrían dificultad para reconocerla y Su universidad, la universidad pública tarijeña, la Juan Misaél Saracho, gracias a sus programas de extensión, tiene que identificar con precisión tales cambios, que generan necesidades que la universidad tiene que satisfacer.  Eso es pertinencia.Los detalles ya los estaremos viendo, pero si existen pertenencia y pertinencia, nuestra universidad marchará bien.

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