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¿Es o no es verdad? Vacaciones excepcionales

Lo mismo que leyeron muchos de Vds. En los tiempos en los que se empieza a consolidar el hábito de la lectura. El recuerdo de aquella novela cautivante vino a mi memoria cuando me enteré de que el ministerio de Educación prohibió dar tareas a los alumnos en sus vacaciones escolares.  Y lo...

Lo mismo que leyeron muchos de Vds. En los tiempos en los que se empieza a consolidar el hábito de la lectura. El recuerdo de aquella novela cautivante vino a mi memoria cuando me enteré de que el ministerio de Educación prohibió dar tareas a los alumnos en sus vacaciones escolares.  Y lo más odioso es que los colegios (se supone que privados) que incumplan esa prohibición serían multados con el 10 por ciento de sus ingresos mensuales, así como a los profesores que hagan lo mismo se les descontarán cinco  días de haber. ¿Dónde se ha visto tamaña idiotez? Los buenos educadores saben que, unas tareas livianas, como puede ser la lectura de un par de  páginas diaria de un buen libro, es una ocupación provechosa, más que la saturación de programas televisivos y rondar por la calle sin ton ni son.  Pero las cosas han cambiado y descubrimos cuán estúpidos pueden ser algunos que legislan desconociendo los principios fundamentales de  la pedagogía de todos los tiempos.Mi imaginación retrocedió a la novela citada y a varias otras en las que Julio Verne se adelantó literariamente a los grandes progresos de la tecnología moderna.  Recordé a los divertido personajes, Phíelas, Fog y a su empleado Passepartout, en “La vuelta al mundo en 80 días”, al Capitán Nemo y al submarino Nautilus, en  “20.000 leguas de viaje submarino”;  El viaje imaginario  “De la tierra a la luna” previó los vuelos espaciales Y así fue deleitándome con el recuerdo del poder imaginativo de Julio Verne, un abogado que abandonó el bufete, como tantos otros, para nutrir al mundo de lectores, de espléndidas narraciones.  Como Vds. recordarán  “Dos años de vacaciones” contiene las aventuras de un grupo de niños y jóvenes que naufragaron en aguas del Pacífico y hallaron refugio en una isla desierta.  Allí tuvieron que aprender a sobrevivir con las escasas herramientas, utensilios y alguna arma que rescataron del yate naufragado.  Incluso improvisaron un plan de estudios adaptado a sus circunstancias imprevisibles.  Entonces la pregunta es obvia ¿Es razonable multar al colegio o al profesor que recomiendan leer, durante las vacaciones,  algún libro apropiado para sus escolares?Dando un salto olímpico a mi narración y puestos a contar aventuras, tuve la suerte de conocer a Miguel de la Cuadra Salcedo,  al atleta y corresponsal de guerra que pasó varias veces por Bolivia en donde batió la plusmarca de lanzamiento de jabalina, utilizando el mismo método que en el  lanzamiento del disco o del martillo. Pasamos algunas noches en mi despacho, charlando de aventuras y de todo un poco.  Cuadra Salcedo fue  el creador del Ruta Quetzal, un   programa para adolescentes, chicos y chicas, que pudieron visitar logares poco conocidos – entre ellos Bolivia -  de varias partes del mundo.Con estos dos ejemplos que acabo de exponer me propongo resaltar el uso provechoso  de las vacaciones.  La novela de los jóvenes náufragos resalta el coraje y la creatividad de unos adolescentes que saben organizarse y sobrevivir en circunstancias adversas. La Ruta Quetzal es un ejemplo de cómo es posible llevar a cabo proyectos que complementen  la rutina de los programas educativos convencionales. Es lo que el mundo de hoy exige a las nuevas generaciones: coraje, creatividad, liderazgo, y confianza.

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