Nunca es tarde

Dios te ama y es por eso que no se cansa de esperarte; no te juzga, no te castiga, no te reprocha, solo te ama.Si estás lejos de El, acércate, si te has olvidado que tienes un Dios que te dió la vida y todo lo que eres y todo lo que tienes, es ahora el momento de recordarlo y de volver a El.No te fijes si hace poco o mucho tiempo que vives sin Dios, quizás sean años que has vivido tu vida como si nunca va llegar a su fin, quizás sean años que has dejado de rezar o quizás nunca lo has hecho o de acercarte a un templo; pero eso aunque sea ingratitud no es el motivo para que no vuelvas al lado de tu Señor, la alegría de tu regreso hará que el Señor no te lo tome en cuenta todos esos días en que lo ignoraste y has preferido los afanes del mundo a su amor.¿Sabes lo que dice Jesús? “No he venido a buscar a los sanos sino a los enfermos”.Somos muchos, muchísimos los enfermos del alma, vivimos en soledad espiritual porque no sabemos buscar al medico de médicos, al sanador, al salvador, al misericordioso que buscó y conquistó nuestra salvación a precio de su sangre en la cruz del calvario.Estamos viviendo momentos dramáticos en la vida de nuestro país, estamos todos con angustia y desorientación y esto nos lleva a perder la paz. ¿Por qué no acudir al dador de la paz? Jesús es la paz. ¿No es ahora cuando deberíamos beber de la fuente de la paz? Jesús contó esta parábola (Mt. 20, 1 – 6) Nos cuenta que un propietario de una viña a la que acuden  muchos a trabajar, sigue buscando obreros, algunos van casi al terminar el día, lo sorprendente es que el dueño de la viña paga a todos el mismo salario. Es el Señor que nos dará el reino de Dios como premio a nuestra entrega a El, ya sea que nos acerquemos a Dios a edad temprana o al atardecer de nuestra vida; las palabras de Jesús son claras como el agua cristalina, por eso no temas, tú que estás alejado de Dios, este es el momento;  ¡Acércate! ¡Búscalo! y verás como tu vida cambiará para tu bien, porque con Dios en  tu corazón tendrás paz  y alegría  interior.No te olvides, nunca es tarde para volver a Dios.