Los agujeros negros

En Colombia se están reuniendo en estos días “expertos” en esa tema de varios países latinoamericanos y europeos y allí, uno de ellos se refirió a esos “agujeros negros” causados por la drogas ilícitas y su tráfico. Primero precisemos que un agujero negro es una región finita del espacio-tiempo provocada por una gran concentración de masa en su interior, con enorme aumento de la densidad, lo que genera un campo gravitatorio tal que ninguna partícula material, ni siquiera los fotones de luz, pueden escapar de dicha región. En el caso de las drogas ilícitas, los agujeros negros serían: El tráfico de precursores químicos, el lavado de dinero y la proliferación de armas ligeras.Quien lo dijo, que es nada menos que un general, Oscar Naranjo, comandante de la policía nacional de Colombia ha hecho toda su carrera militar luchando contra las que ahora se llaman “bandas criminales” (antes eran guerrillas y grupos paramilitares) y se financian en gran medida con el tráfico de cocaína. Luego, sabe de eso.Los precursores químicos para procesar drogas ilícitas, principalmente cocaína, han enriquecido impunemente a varios laboratorios y a muchos intermediarios, pues son substancias que no están satanizadas y se trafican con relativa facilidad, involucrando, además, a nuevos actores en el circuito perverso.El dinero movilizado por el tráfico de drogas, a veces con ingeniosos trucos y a menudo con desfachatez se “lava” en el sistema bancario, que para eso sostiene paraísos fiscales y  un sólido blindaje a su “secreto bancario”.La cantidad de armamento que se financia con las utilidades del tráfico de drogas es incalculable porque, por supuesto, nadie lleva estadísticas sobre ese “negocio”. Pero hay gente que calcula que mueve más dinero inclusive que los hidrocarburos, a escala mundial.Esos “agujeros negros” en el circuito de producción, tráfico y consumo de drogas ilícitas están controlados, por supuesto, por gente que no es encarcelada, investigada y ni siquiera “mal vista”. Son los que ganan mucho con la tal “guerra” a las drogas y harán lo que sea para que continúen indefinidamente, tanto el tráfico ilícito, como la “guerra”.Pero es bueno que se ocupen de destaparlos, como lo hizo ese general Naranjo, para que así se incube al menos una sanción moral para esos “capos”, que seguramente nunca han visto directamente a un “pisacoca” con los pies infectados ni a una “mula” con las cápsulas reventadas en el estómago. Esos son quienes siempre pagan los platos rotos y congestionan las cárceles. Los otros, los fabricantes y traficantes de precursores y de armamento, así como los “lavadores” posan, además, como “gente decente”. No hay derecho.