Miedo a la inflación

La inflación es un tema al que apelan en forma recurrente los organismos que asumen el rol de “ordenadores” de la economía mundial, aunque en la práctica son más bien una especie de gendarmes de los Estados Subordinantes, es decir de aquellos que se sienten con poder como para mangonear o...

La inflación es un tema al que apelan en forma recurrente los organismos que asumen el rol de “ordenadores” de la economía mundial, aunque en la práctica son más bien una especie de gendarmes de los Estados Subordinantes, es decir de aquellos que se sienten con poder como para mangonear o subordinar al resto. Hablamos de organismos como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio, por supuesto.Es conveniente, entonces, que temas como la inflación sean manejados con sumo cuidado pues ya nos han escarmentado, también, con aquello de que “el país se nos muere”, que resultó pretexto para aplicarnos a fondo medidas neoliberales. El que casi nos mata fue, más bien, el remedio. Es obvio que la inflación tiene consecuencias negativas, pero no debe aterrorizar porque  que la existencia de inflación controlada (algunos gobiernos la utilizan) puede aumentar el nivel de empleo al corto plazo. Sin embargo la estabilidad de precios es fundamental para el desarrollo de una economía y en el largo plazo la inflación es perjudicial.Lo peor es la pérdida del poder adquisitivo porque el deterioro del valor de la moneda es perjudicial para aquellas personas que cobran un salario fijo, como los obreros y pensionados. A diferencia de otros con ingresos móviles, estos ven como se va reduciendo su ingreso real mes a mes, al comparar lo que podían adquirir con lo que pueden comprar tiempo después. Sin embargo debe señalarse que si los salarios son rápidamente ajustados a la inflación se mitiga o elimina la pérdida de poder adquisitivo de los grupos sociales más vulnerables.La hiperinflación es una inflación anormal en exceso que puede alcanzar hasta el 1000% anual. Este tipo de inflación anuncia que un país está viviendo una severa crisis económica pues, como el dinero pierde su valor, el poder adquisitivo (la capacidad de comprar bienes y servicios con el dinero) disminuye y la población busca gastar el dinero antes de que pierda totalmente su valor. Este tipo de inflación suele deberse a que los gobiernos financian sus gastos con emisión de dinero sin ningún tipo de control, o bien porque no existe un buen sistema que regule los ingresos y egresos del Estado.No llegamos a tanto, aunque el presidente del Colegio de Economistas de Cochabamba Juan Pablo Cuba, anticipó que la inflación para la gestión 2011 puede llegar a dos dígitos, es decir, estar por encima del 10 por ciento y lo atribuye en alta proporción la puesta en vigencia de una norma (Ley 890) para regularizar la situación de vehículos indocumentados.No exageremos, porque todavía se espera un largo tiempo de buenos precios para las materias primas (como el gas) que son las que principalmente nos sostienen.  No deberíamos espantarnos con fantasmas inflacionarios sino concentrarnos en industrializar esas materias primas, darles valor agregado. Si hasta decirlo suena agradable.

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