El tema de moda: Lo(s) chuto(s)

Como se ha podido constatar a lo largo de la última semana, los medios de comunicación social han puesto sobre la mesa de discusión de la ciudadanía en general  y de los políticos de siempre el tema que por ahora es el tema del que todos hablan, comentan, critican, apoyan y demás: los...

Como se ha podido constatar a lo largo de la última semana, los medios de comunicación social han puesto sobre la mesa de discusión de la ciudadanía en general  y de los políticos de siempre el tema que por ahora es el tema del que todos hablan, comentan, critican, apoyan y demás: los “chutos”.Las voces en contra y las voces a favor argumentan una y otra cosa para defender su posición mientras se internan en el país miles de vehículos indocumentados (algunos de ellos robados en otros países). El panorama es al menos risible y ridículo. La lógica tradicional a la que estamos acostumbrados para comprender la legalidad y licitud de ciertos actos cae por los suelos.Como sucede en estos casos uno se pregunta: ¿en qué criterios de bien común se amparan las personas que realizan tales acciones? Probablemente haya que pensar que no sólo existen vehículos chutos como una excepción a las reglas y normas legales sino que en nuestro subconsciente social existe una lógica de “lo chuto”.Parece que el bien común no se entiende como realmente común a todos sino que está vinculado a los meros intereses de algunos que deben ser aprobados por todos, los que quedan mal en este sentido son aquellos que hacen las cosas correctamente, de acuerdo a las leyes y pensando en los intereses y bienes de los demás.“Lo chuto” no solamente es un caso particular que sale del control de un sistema político, social y económico en el que se procura actuar de forma “correcta”, legal y en atención al bien común; sino que es parte de un sistema de vida en el que: los corruptos, los “vivos”, los que no hacen fila, los que van por la ch’eqanchada (en sentido metafórico para referirse a quienes acortan procedimientos u otros de forma ilegal), los que compran títulos, los que obtienen favores de sus “compadres” o “padrinos”, los que no emiten facturas ni pagan impuestos, los que no se hacen “pescar”, los que hacen “chanchullo”, los contrabandistas, los que se saltan las normas de tránsito, etc., etc. son todos ellos los que desfavorecen al bien común de la sociedad para beneficiarse particularmente.¿Bajo qué criterio de bien común se puede favorecer a “lo chuto”? ¿En qué se sostiene y justifica un sistema que premia y protege a quienes atentan contra el bien común en los ámbitos social, político, económico y cultural? La conclusión inmediata de quienes quieren hacer correctamente las cosas será que no vale la pena esforzarse para obtener todo limpia y legalmente si lo puedes obtener de otra manera.El precedente que se sella con esta medida gubernamental da pie a que se justifique cualquier acción que se interprete como excepción a la ley para beneficio particular (individual o colectivo). La pregunta que queda suspendida en el aire es: ¿estas acciones políticas buscan ofrecer una solución de raíz a los problemas incontrolables por el gobierno o pretenden enraizar una práctica ya establecida en el país como sistema de vida? La respuesta se obtendrá en el mediano plazo, sólo queda ver los frutos.Teólogo y Sacerdote [email protected] / www.uramanta.org

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