Mundos paralelos en un mundo común

Es bueno ver como el relato mediático político se mueve paralelo a las protestas pacíficas en las formas denominadas M-15 en Madrid y Barcelona con mayor exposición. Es evidente que ambas, la derrota del PSOE y estas manifestaciones venden y pueden funcionar sin toparse entre si. Mientras los...

Es bueno ver como el relato mediático político se mueve paralelo a las protestas pacíficas en las formas denominadas M-15 en Madrid y Barcelona con mayor exposición. Es evidente que ambas, la derrota del PSOE y estas manifestaciones venden y pueden funcionar sin toparse entre si. Mientras los periodistas que se consideran analistas políticos en la televisión proponen lecturas superficiales y algunas sencillamente irresponsables (hay honrosas excepciones claro está, I.Gabilondo por ejemplo) la gente en las calles valora este encuentro, el tiempo viviéndose, sin análisis estructurados pero constataciones evidentes, sin saber cuando termina o se agranda de acuerdo a los palos que reciban. El ovejero que le encarga a su hijo menor que le de comer a las ovejas mientras realiza diligencias en el pueblo se encuentra a su regreso que esto no sucedió, entonces le pregunta a su hijo que pasó, y este le dice que juntó a las ovejas pero cuando estaban juntas no encontró la comida y el padre le contesta que se siente molesto no porque las juntó sino porque habiéndolas juntado no les dio de comer. Todos sabemos que las cosas marchan mal en el mundo, que en Brasil se quiere amnistiar a los criminales que destruyen la Amazonia. Los causantes de la crisis financiera utilizan su institución financiera, FMI, para castigar a las víctimas de esta gran estafa y en España el PP junta al pueblo español en una elección y sabe que no podrá darles de comer porque ellos como partido son parte ideológica del modelo. Y los medios juntan a los televidentes para que sus alucinados analistas insistan que Zapatero debe adelantar las elecciones de ese modo el PP en el poder aprovechando el envión, sin programa alternativo tendrá motivos para decir que el gobiernos saliente hizo mal las cosas, por lo tanto habrá que apretarse más el cinturón. Baja de salarios, trabajos temporarios, funcional a la aritmética política, menos porcentaje de cesantes, menos Estado. Un profesor de sociología lo decía suelto de cuerpo, en una columna de opinión en El País de Madrid ¿hay que ser académico para eso?, que los jóvenes tendrán en el futuro, trabajos temporarios, menos salarios, períodos de cesantía y luego ir a otro rubro y así sucesivamente y eso viene de la universidad, de los hombres cultos, de los que dicen que saben … Otro mundo paralelo son las llamadas redes sociales que una vez que se instan a juntarse y se encuentran físicamente cercanos pero no discursivamente por lo tanto no constituyen una comunidad de comunicación, las redes van a otra cosa. En el cara a cara hay muy poco, los medios tradicionales ya comienzan a dejarle menos espacios con excepción del apaleo en Barcelona. Si para ser loco hay que saber comportarse como tal, para ser cesante, abandonado socialmente, emPujados a ser una generación perdida también hay que saber serlo. Los medios, los políticos, los expertos les dirán sus límites y los otros se los ponen ellos mismos, muchos no votaron, muchos se acuestan pensando que los dirigentes tendrán al día siguiente la solución, Muchos no confían en sus posibilidades, son protagonistas que se ignoran a si mismos y pueden por eso y falta de capacidad de discurso ser ignorados. Traducir a lenguaje nuestras necesidades requiere a los demás, a la acción comunicativa, a la búsqueda de consensos, a tener conciencia, es decir, darnos cuenta que nos necesitamos que es la única manera de transversalizar los mundos paralelos de modo que los colectivos políticos, los medios masivos superficiales, los sindicatos, los analistas se vean obligados a mirarlos a la cara antes de opinar o escribir porque en este escape solipsista, en solitario no se de cuenta que viven en un mundo donde el otro importa, no son los cosos de al lado como en el tango. Son quienes pueden cambiar las cosas, son otros, pero otros como yo, desde ellos yo soy el otro y juntos formamos el nosotros. Ese es el verdadero cuarto poder, El del nosotros, frente al yo mediático, al yo del poder financiero, al yo de las bombas…y cuando eso cuaje dejará de ser solamente noticia, podrá ser el comienzo del cambio a un mundo más justo y solidario.* Walter Dennis Muñoz es Periodista

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