La casita propia

En algunas oportunidades esos conflictos han sido enfrentamientos físicos cruentos, en otras son solamente escandalosas manifestaciones, pero, de todas maneras, Pampa Galana y Barrancas “suenan” a conflicto, así como San Luis “huele” mal. Podríamos decir que son palabras que tienen...

En algunas oportunidades esos conflictos han sido enfrentamientos físicos cruentos, en otras son solamente escandalosas manifestaciones, pero, de todas maneras, Pampa Galana y Barrancas “suenan” a conflicto, así como San Luis “huele” mal. Podríamos decir que son palabras que tienen “identidad”.Ambas palabras (y algunas otras menos conocidas) tienen que ver con aquello que debería ser un derecho fundamental consolidado, que aparece inclusive en la Constitución Política explícitamente, pero sin embargo sigue siendo, para millones de personas en Bolivia, un conflicto y un problema: La vivienda.La Constitución, en su artículo 19 dice que “Toda persona tiene derecho a un hábitat y vivienda adecuada, que dignifiquen la vida familiar y comunitaria”. Bonito, como texto. Pero no corresponde a la realidad.La ley de leyes dice también que “El Estado, en todos sus niveles de gobierno, promoverá planes de vivienda de interés social, basándose en los principios de solidaridad y de equidad, bla, bla, bla.Para desmentir esas líricas afirmaciones están realidades inocultables como Pampa Galana, Barrancas y otras zonas llamadas genéricamente “asentamientos” que están identificados sobradamente: siete son en Pampa Galana, ocho en Las Barrancas, uno en San Jorge y otro en la zona de Senac.En estos días se volvió a agitar la cuestión y representantes de esos diecisiete “asentamientos” y del Gobierno Municipal de Cercado coordinan un proyecto de ley de regularización de derecho a la propiedad, con el fin de terminar con la tenencia ilegal de terrenos en los que viven unas quince mil personas entre niños, mujeres y hombres.El sueño de la “casita propia”, adecuada y “digna” como la Constitución manda, sigue siendo para muchos tarijeños eso, un sueño, cuando no una pesadilla por haber caído en redes de loteadores irregulares e ilegales que medran a costa de la necesidad ajena. Por eso existen hasta organizaciones formales de los “Sin techo”. Y es al presidente de una de esas organizaciones, Ramiro Burgos, a quien se le escuchó esta patética declaración “Se ha realizado gestiones con la Asamblea Departamental para el proyecto que permitía dotar títulos de propiedad a los asentados, sin embargo, en esta instancia se le dio poca importancia al asunto. “Se ha truncado por falta de política del mismo MAS y otras tiendas políticas, no dieron nada de importancia al proyecto y ellos saben cómo viven nuestros hermanos y es que están más abocados (los asambleístas) en leyes que benefician a las fiestas religiosas de la comunidades en esas cositas están concentrados, pero no en este tema de viviendas”¿Quieren más? Hay: Dianet Flores, también líder comunitaria hizo notar que “En Tarija hay quince mil habitantes asentados, entre cuatro a seis miembros por familia, y el 65% son madres solteras o con familias en desintegración y hay personas con discapacidad y tercera edad y estos datos tiene que destacar la Alcaldía”No solamente que sobran los comentarios. Ante esta contundente realidad, daría vergüenza ponerse a hacerlos.

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