¿Es o no es verdad? Páginas negras

No puede entonces confiarse la justicia en manos de militancias políticas radicales o insolventes moralmente. Esta es la cuestión que plantea la Ley del Régimen Electoral, a pesar de que el propio Evo ha insistido en que la prensa no tendrá limitación alguna para entrevistar y dar a conocer...

No puede entonces confiarse la justicia en manos de militancias políticas radicales o insolventes moralmente. Esta es la cuestión que plantea la Ley del Régimen Electoral, a pesar de que el propio Evo ha insistido en que la prensa no tendrá limitación alguna para entrevistar y dar a conocer al gran público las cualidades de los postulantes a los altos puestos del órgano judicial, todavía quedan recovecos en la misma ley que exige la autorización del Tribunal Supremo Electoral para que los periodistas puedan interrogar al postulante. Así que las próximas elecciones para magistrados y jueces tendremos que votar a ciegas. Y si – como es lo más probable – sale de las urnas un Órgano Judicial impropio de un país civilizado, tendremos que acatar las decisiones de un Órgano Judicial capaz de las mayores aberraciones e injusticias.Esta sería una de las consecuencias de la forma de gobierno que rige actualmente en el país. Si es verdad que un Estado Democrático de Derecho es el que distribuye adecuadamente las competencias estatales en los órganos legislativo, ejecutivo y judicial, la conclusión es que el régimen político del MAS está muy lejos de ser democrático.Pongamos por ejemplo algunos hechos que enturbian la historia del gobierno masista: Me refiero a Santos Ramírez, hombre de confianza de Don Evo, ex presidente de YPFB actualmente encarcelado, imputado principal de una estafa de gran envergadura. El hecho no pudo disimularse, entre otros motivos, porque en aquella hazaña cayó asesinado el ingeniero Jorge O’Connor D’Arlach.El segundo punto negro mayúsculo del actual Gobierno fue la captura del ex general René Sanabria detenido en Panamá por delitos graves de narcotráfico y actualmente encarcelado y juzgado en Florida (USA). Sanabria no era un cualquiera. Ocupó los cargos de jefe de la policía antinarcóticos, y luego director de la “inteligencia” de la policía boliviana. Nadie se enteró de sus turbios negocios: Ni el Ministerio de Gobierno ni el de Transparencia y Lucha Contra la Corrupción. No sigo contando el negociadillo de las placas clonadas por demasiado conocido.Pero sí mencionaré que el reo Sanabria probablemente se acogerá a la condición de testigo protegido que, según la legislación norteamericana, puede otorgar ciertos alivios a la pena impuesta al condenado.Con éstos y otros antecedentes, unos frescos fiscales bolivianos pretenden meter sus narices en el proceso contra Sanabria. Ni el tribunal admitirá funcionarios ajenos. Y, muy probablemente, ni el consulado estadounidense les otorgará la visa.

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