Están reunidos los Ocho

Es poco probable que sean asuntos altruistas y con seguridad que afectarán la vida de muchos, que, como nosotros, ni siquiera tienen muy claro quiénes son: Hablamos de los 8, del Grupo de los Ocho, o para llamarlo con su apelativo habitual: El G-8.En forma muy escueta, algunos medios informaron que El presidente de Francia Nicolas Sarkozy inauguró este jueves la reunión del G8, cuyo supuesto objetivo principal es apoyar las reformas en los países árabes. Hablarán también de Fukushima. Pero esas son meras conjeturas.Más de 12 mil militares y policías se despliegan en la localidad costera de Deauville. Asisten al comienzo de esta Cumbre los presidentes de los Estados Unidos, Barack Obama, y de Rusia, Dmitri Medvédev, y los primeros ministros de Japón, Reino Unido, Italia, y Canadá, junto con la canciller alemana, Angela Merkel.Los ocho países que representan acumulan dos tercios del PBI mundial y el 50% del comercio. En los primeros encuentros dicen que comenzarán a trabajar sobre seguridad nuclear, políticas energéticas y cambio climático.También se dijo que discutirán sobre el uso y el control de Internet, con expertos que les advertirán acerca de la necesidad de tener mucha cautela a la hora de regularlo.En el mismo nivel de conjetura, se espera que se ocupen del corte o suspensión de la “cadena de pagos”, a lo cual el analista Jorge Aniceto Molinari llamó “el tsunami del sistema”Es un tema para verdaderos expertos. Medianamente entendemos que la cadena de pagos es lo que  también llaman un swap, o permuta financiera, y es un contrato por el cual dos partes se comprometen a intercambiar una serie de cantidades de dinero en fechas futuras. Normalmente los intercambios de dinero futuros están referenciados a tipos de interés, llamándose IRS (Interest Rate Swap) aunque de forma más genérica se puede considerar un swap cualquier intercambio futuro de bienes o servicios (entre ellos el dinero) referenciado a cualquier variable observable. Pues como efecto de la crisis financiera, que empeora a pesar de lo que digan en sentido contrario algunos “especialistas”, la suspensión de la cadena de pagos anunciada como inevitable, tendría, efectivamente, efectos catastróficos.Es muy probable que de eso estén ya hablando los reunidos en Deuville, Francia. Pero es muy poco probable que lo que resuelvan simplemente se divulgue. Sentiremos los efectos, eso sí, porque nos guste o no la economía ha sido globalizada y nadie está libre de sufrir los desatinos de quienes la manejan impunemente.A pesar de la relevancia de estas cumbres, las discusiones del G8 no son abiertas. No existe transcripción de las mismas y los documentos preparatorios, aun siendo elaborados por funcionarios públicos de los países miembros, son generalmente también secretos y muy raramente salen a la luz pública. Habrá que esperar a las declaraciones finales, que sí serán públicas, pero tampoco serán muy inteligibles.