¿Un lugar más seguro?

Los que sí conocen el tema del terrorismo, los que por oficio están dedicados a eso, no harían así, tan desaprensivamente, una afirmación tan rotunda. No son muchos los que se especializan en eso, en terrorismo. La enciclopedia menciona solamente a los cinco siguientes: Bruce Hoffman, Robert...

Los que sí conocen el tema del terrorismo, los que por oficio están dedicados a eso, no harían así, tan desaprensivamente, una afirmación tan rotunda. No son muchos los que se especializan en eso, en terrorismo. La enciclopedia menciona solamente a los cinco siguientes: Bruce Hoffman, Robert Pape, Daniel Pipes, Rohan Gunaratna y Dick Clarke. Richard Alan Clarke era el encargado de la oficina antiterrorista de los Estados Unidos en la Casa Blanca, o seda en el palacio presidencial,  durante los Atentados del 11 de septiembre de 2001. Fue funcionario en este país durante 30 años, de 1973 a 2003, en puestos de diversa responsabilidad.Más autorizada que la palabra del señor Clarke en este asunto de terrorismo, Al Quaeda, Bin Laden y temas afines, será difícil encontrar. Y la ventaja adicional es que Clarke escribió “su” libro, lo llamó “Contra todos los enemigos” y cuenta allí muchos detalles interesantes de esa que ya es mitología de las torres gemelas.Dice, por ejemplo, que La CIA y otros organismos de “seguridad” de los Estados Unidos conocían con mucha anticipación las andanzas de Bin Laden, pero que recibieron órdenes de muy arriba, para que desviaran la atención hacia Sadam Hussein como patrocinador del atentado del 9/11, a fin de estimular la invasión de Irak. Y dice nombres.El entonces vicepresidente Dick Cheney y el funcionario de Defensa Paul Wolfowitz son los nombres más mencionados por ese cuya credibilidad se asienta en haber trabajado 30 años para el gobierno norteamericano, específicamente en temas de “seguridad”. El libro de Clarke recuperará ahora mucha actualidad y vale la pena leerlo cuidadosamente. Para no caer en la tentación de creer que “ahora el mundo es un lugar más seguro”. Y para así, al mismo tiempo, usarlo como “vacuna” para no contagiarse con la islamofobia.Islamofobia es un neologismo que proviene del inglés, que ya figura en los diccionarios y en los textos universitarios de sociología  y hace referencia a los sentimientos de hostilidad hacia el islam y, por extensión, hacia los musulmanes. Sus críticos aducen que el concepto es usado de forma impropia para desprestigiar o silenciar la legítima crítica al islam, sobre todo en relación a las libertades civiles y los derechos humanos.Claro que para comenzar, muchos ni siquiera sabemos qué es realmente el Islam. Para terminar, entonces, comencemos por ahí: El islam es una religión abrahámica monoteísta que adora exclusivamente a Alá sin copartícipes. Se estima que hay en la actualidad entre 1.000 y 1.200 millones de musulmanes en el mundo. Según el Vaticano, el islam (conjuntamente con todas sus ramificaciones) es la religión más extendida del mundo.De eso estamos hablando, entonces. De un tema que tiene mucha magnitud y mucha relevancia. Tratémoslo con seriedad y evitemos emitir juicios apresurados.

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