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Ninguna reserva es eterna

Como anécdota, recordamos haber escuchado alguna vez a un ministro del Interior que en la búsqueda de un político y empresario que había sido secuestrado se agotaron “hasta los fondos para gastos reservados”.Pero nada puede permanecer oculto permanentemente. En algún momento se conoce lo...

Como anécdota, recordamos haber escuchado alguna vez a un ministro del Interior que en la búsqueda de un político y empresario que había sido secuestrado se agotaron “hasta los fondos para gastos reservados”.Pero nada puede permanecer oculto permanentemente. En algún momento se conoce lo que fue considerado “top secret” o altamente “confidencial”. Es lo que está sucediendo actualmente con el destape de mensajes entre el gobierno de los Estados Unidos y sus embajadores, cónsules y otros funcionarios de los llamados “diplomáticos” Todos los días conocemos más y más elocuentes muestras de ello. Nos referimos al “affaire Wikileaks”, del cual deben ser muy pocas las personas en el planeta que no estén hoy enteradas.Eso es lo que se debe tomar en cuenta (y no se lo hace habitualmente) cuando se está administrando intereses públicos, o sea cuando se está “manejando lo de todos, como si fuera de nadie”.En estos días, Ramiro Vera, abogado de Martha Taborga, esposa del ex ministro de Gobierno (o Ministro del Interior, que para el caso da lo mismo),  Guillermo Fortún, denunció “abuso de autoridad y persecución política en la detención de su cliente, a quien pretenden involucrar en el proceso judicial de gastos reservados por la supuesta legitimación de ganancias ilícitas. El abogado dijo que identificó” fallas de procedimiento” en la detención de Taborga, pues se hizo sin previa citación a la Fiscalía, por lo que rechazó el argumento del Ministerio Público sobre un supuesto peligro de fuga, pues su cliente se encuentra en tratamiento médico.A lo que está apelando el abogado es a lo que todos conocemos como “chicana”, que no es delito, pero sirve para enmascarar, torcer o entorpecer la acción judicial, con el propósito de evadir el espíritu de la ley.En qué y cómo se utilizaron los “gastos reservados” es algo que en algún momento se tendrá que hacer público. Lo mismo con los “reservados” de ahora como con los de gobiernos pasados. Lo demás es accesorio y coyuntural. Esa es la verdadera esencia del buen gobierno, que es inseparable del pregonado buen vivir. Para eso se han concebido, debatido y finalmente promulgados importantes leyes que están vigentes. Por supuesto que no faltarán las chicanas, más o menos previsibles. Pero más temprano que tarde todas esas “reservas” desaparecerán, incluyendo las de los archivos de documentos militares.  Es un proceso lento, erizado de dificultades, trabajoso, pero finalmente tendrá que imponerse la “cultura de la transparencia” en la gestión de los intereses públicos. Eso es, realmente, cambio.

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