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La cuestión energética está pendiente

Si bien hubieron mayores ingresos por renta al Estado, por concepto de venta de gas al exterior, se debió a buenos precios de la energía y no a “buenas” negociaciones bolivianas. En todo caso no se rompió el esquema “rentista” en que se vive. El negocio energético es complejo. Siempre...

Si bien hubieron mayores ingresos por renta al Estado, por concepto de venta de gas al exterior, se debió a buenos precios de la energía y no a “buenas” negociaciones bolivianas. En todo caso no se rompió el esquema “rentista” en que se vive. El negocio energético es complejo. Siempre hemos estado adviertiendo de esa complejidad, más aún en un país como Bolivia con clara polaridad social y política, y sin una salida al Oceáno para lograr que exporte productos refinados de energía. El “mundo” de los negocios en gas es demasiado difícil como para que personas sin preparación y arropados de un chauvinismo exasperado quieran ser parte de ese juego. Se requieren, en todo caso, modelos mentales globales, agresivos, corporativos y ágiles para mover toda una ingeniería política, diplomática, financiera y logística especializada para integrar al -endeble- Estado boliviano en negocios de escala de industrialización de gas que no es otra cosa que monetizar reservas de gas y finalmente llevar gas y sus productos de valor agregado a mercados consumidores circundantes y -porqué no- de ultramar. Obviamente hacer de Bolivia un hub de energía e insertarlo en esos clubes de países de producción de valor agregado en gas requiere una NPE nueva política energética con sustento legislativo apropiado, coherente y moderno. Eso no fue entendido y en vez de aproximar a Bolivia a modelos exitosos de exploración, de explotación y de industrialización de gas como desarrollan -por ejemplo países como Qatar o Emiratos Árabes Unidos- persistió la fijación de “encerrar” a Bolivia y someterla a los caprichos del dictador de Venezuela que predica -todos sabemos- una “amistad” perniciosa y perjudicial para Bolivia como futuro país exportador de productos energéticos. Al neoimperialismo socialista venezolano no le conviene una Bolivia poderosa en productos de valor agregado al gas. No hemos salido del círculo “monoexportador” de materia prima a Brasil y Argentina (a donde llega gas boliviano entre 30 y 6 MMm3/D millón de metro cúbico, respectivamente) perjudicando el desarrollo de nuevos proyectos de industrialización que fueron prometidos como parte de la oferta electoral de ésta administración estatal socialista. La producción de gas y de líquidos está, de igual manera, estancada en niveles que ya debieran haber sido superados. Quienes están al mando de la política económica boliviana no han terminado de comprender que la vocación económica boliviana: no es la minería ni la agropecuaria ni la industria, es la energía!! Ello significa que los hidrocarburos convenientemente industrializados serán el “producto estrella” de exportación boliviana: a partir de darle valor agregado al gas en electricidad, en plásticos en nuevos combustibles (como diesel y dimetil éter a partir de transformación del gas en procesos GTL), como metanol, úrea, sales y fertilizantes y toda la gama de petroquímica y plásticos(de nueva tecnología a partir del metano) que son productos requeridos por mercados circundantes y de ultramar con mejores precios que la sola venta de materia prima y que, definitivamente, harían de Bolivia un estado serio en temas energéticos. Adicionalmente es sabido que toda la industria, el sector agrícola y minero están indisolublemente ligados a los hidrocarburos: necesitan electricidad, gas y combustibles a “costo cero” o por lo menos a precio reducido para ser competitivos… El proyecto siderúrgico de hierro del Mutún (zona este de Bolivia) y de desarrollo de litio de Potosí (zona oeste) van a requerir gas y electricidad: otra pueba que la energía es la principal vocación económica boliviana y que será puntal de nuestro desarrollo contra la pobreza. Pese a la incompetencia y a la ausencia de una política energética –que tiene, sin embargo, mayoría electoral y legislativa- no han logrado aprobar una Ley de hidrocarburos!! nunca tuvieron ni nunca propusieron al país cuál la visión y la ruta a seguir en energía para el desarrollo. Las regiones productoras de gas y petróleo de Bolivia como Tarija, Santa Cruz, Chuquisaca y Cochabamba debieran ser parte de la definición de esa NPE. Es una verdadera lástima que en cinco años de gestión socialista del Estado boliviano ho hayan logrado arrancar un proyecto de industria de valor agregado al gas pese a las muchas fórmulas que hemos ofrecido -y otros analistas con mayor experticia y pericia han sugerido- para que Bolivia deje de ser “rentista” y pase a generar “rentabilidad” en buenos negocios de producción de energía. Se ha logrado que Bolivia certifique a nivel internacional reservas en bancos cercana a 10000 (diez mil millones de dólares) pero están inmovilizados: una porción de ese dinero debería ser movilizada para proyectos de industrias de valor agregado en gas. Con urgencia Bolivia necesita: a)una ley de hidrocarburos, b) incrementar financiamiento estatal en exploración de gas y petróleo de nuevos territorios; c) desarrollar inversiones en perforación y explotación, d) buscar y consolidar otros mercados con construcción de nueva infraestructura como refinerías y gasoductos, e) y finalmente industrializar el gas con proyectos en donde esté involucrado como socio aportante -con parte de las reservas internacionales- el Estado boliviano. Finalmente reiterar lo que desde 2008 hemos estado solicitando públicamente al Presidente: la convocatoria urgente -en acto de salvación de Bolivia- a un Consejo Nacional de Energía e Hidrocarburos en donde todos los sectores privados, sociales y académicos diseñemos una propuesta de Política Energética con su respectiva legislación para volver a abrir el país a la inversión internacional y al desarrollo contra la pobreza.* Máster en Administración, graduado en dirección de compañías de gas y petróleo, consultor del sector privado.

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