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Caer o estar colgando

Que era probable que saliera del país se había dicho, primero como rumor, luego como versión no autorizada de esta u otra persona vinculada al proceso, pero el principal actor, Cossío, aunque no con total claridad, aseguró que permanecería en Tarija para atender el proceso judicial en el...

Que era probable que saliera del país se había dicho, primero como rumor, luego como versión no autorizada de esta u otra persona vinculada al proceso, pero el principal actor, Cossío, aunque no con total claridad, aseguró que permanecería en Tarija para atender el proceso judicial en el que está involucrado. Esa parecía ser la forma correcta de enfrentar los hechos y seguramente que muchos creyeron que sería así. Hoy, ya eso no es cierto.Es fácil, demasiado fácil, dejarse llevar en estos casos por afectos o desafectos, y precipitarse en difundir y divulgar informaciones que no están confirmadas. Mucho más fácil y más tentador es emitir conceptos o juicios de valor. En esta oportunidad evitémoslos.El panorama en algún momento se aclarará. Es inexorable. Nada puede permanecer escondido ni secreto en forma indefinida. Lo que haya sucedido se sabrá. Tanto lo que haya sucedido con el ex gobernador en este último capítulo de la ya larga historia, como lo que sucedió con los asuntos que originaron los procesos judiciales. Se sabrá todo, en algún momento y como reza la célebre sentencia sólo la verdad nos hace a los hombres verdaderamente libres.Hay mucho por destapar y con los secretos suele suceder lo que con las bolas de nieve. Comienza por destaparse, por conocerse uno pequeño y nadie podría vaticinar cuántos ni de qué tamaño serán los que finalmente se destaparán. Con menos solemnidad que ese aforismo sobre la verdad y su relación con la libertad, hay otro que es aplicable a casos como este y dice que “siempre es mejor caer que estar colgando”. En la administración de Tarija existen muchos asuntos que están colgando hace mucho tiempo. No solo en materia de obras públicas, sino en otros ámbitos que tienen que ver con la eficiencia y con la transparencia de gestión. Lo que tenga que caer, que caiga. Si cae de pies pues santo y bueno. Si al caer se descalabra pues ni modo. No hay efectos sin causas y de lo que se trata en este momento es de concentrarse más en las causas que en los efectos.Es muy engañoso esto de la popularidad, no solo en política sino en todos los campos. Cuando aludimos a estos solemos recordar que cuando el ex presidente del Perú Alberto Fujimori resolvió asilarse en una embajada porque se sintió políticamente acosado, quienes sinceramente lo acompañaron fueron un puñado de amigos íntimos y familiares. Sin embargo, apenas una semana antes, una de esas empresas que se dedican a eso había publicado que la popularidad de Fujimori pasaba el 70 %. ¡Como para confiarse!Dejemos, entonces, que las cosas se asienten, que se decanten y que la información confiable vaya fluyendo. No hay por qué ni para que correr. En estos asuntos públicos, las carreras suelen traer sólo cansancio.


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