Ley anti racismo: Unas de cal y otras de arena

Este parece ser el caso de la Ley Contra el Racismo, recientemente aprobada por la Asamblea Plurinominal, y luego promulgada por el Presidente Morales. De mi parte, reconozco la enorme necesidad de construir una sociedad  sin racismo ni discriminación. Causa que apoyo de manera decidida como...

Este parece ser el caso de la Ley Contra el Racismo, recientemente aprobada por la Asamblea Plurinominal, y luego promulgada por el Presidente Morales. De mi parte, reconozco la enorme necesidad de construir una sociedad  sin racismo ni discriminación. Causa que apoyo de manera decidida como humanista que soy.

El racismo impregna Bolivia. Es parte de nuestro habitus. Modificar esta situación implica hacernos conscientes de su presencia y actuación. Una tarea de largo plazo a la cual la sanción no aporta. Tampoco los mensajes y las políticas de la mayoría de los medios de comunicación. ¿Vieron cholas en las páginas de sociales de los periódicos?. Jamás. Por muchos sería considerado un despropósito. ¿Tienen espacios interculturales que faciliten, que promuevan, el encuentro fraterno entre bolivianos y no bolivianos de distintas culturas? Tampoco.

Las escuelas, colegios, universidades también aportan lo suyo con los concursos de reinas. ¿Que distingue a estos seres humanos considerados de familias reales? Pues una consideración racista.  Basta pertenecer a cierto linaje para gozar de derechos que además son hereditarios. Seres humanos de primera y según clase.

Empero la citada Ley puede llevarnos del sartén hacia las brasas. El hecho es que la Ley está dirigida hacia los efectos y no hacia las causas. Castiga, pero no previene el racismo. Quienes dejen de realizar prácticas racistas lo harán por acatamiento, no por compromiso. Por lo tanto, el sentimiento racista seguirá. Además, por efecto de la Ley, el racismo crecerá  y muy probablemente se organice como fuerza política. ¿No lo vemos en Europa con el racismo en el poder? Sarkozy en Francia, con la expulsión de los gitanos, escupió sobre la fraternite y la igualite. O como política pública en el Estado de Arizona mediante su Ley sobre los migrantes,

La discriminación (racial, social de género, etc.), como toda conducta humana, tiene sus causas. Hay ciertos valores, actitudes, una lectura del otro y de sí mismo, los que generan prácticas racistas, producto del aprendizaje. Nadie nace racista, nos hacemos racistas, proceso social mediante. Pocos de los racistas son por elección. Todos ellos ignoran su miseria como seres humanos. En consecuencia la política de Estado debe tener como prioridad la formación y dejar el castigo como segunda instancia.


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