Críticas y críticos
En el primer caso se está involucrando a la persona, en su totalidad, sin discriminar sus actuaciones, en el segundo caso analizamos las actuaciones, antes de juzgar. Eso, aparentemente tan sencillo, tiene complejidades que ni siquiera el brillante y tan citado pero tan poco conocido Immanuel...
Eso, aparentemente tan sencillo, tiene complejidades que ni siquiera el brillante y tan citado pero tan poco conocido Immanuel Kant pudo despejar totalmente. Pero esto no pretende ser una crítica a Kant, sino más bien un análisis de la crítica.
Y trataremos de ser elementales para comprenderlo: Crítica deriva de la raíz griega “cribar”: acción que consiste en separar una cosa compuesta en dos grupos: los que cumplen un determinado criterio y los que no Un colador utilizado en la cocina, para eliminar restos sólidos disueltos en un líquido, por ejemplo, ejerce la crítica, ya que separa los dos elementos atendiendo a un criterio: el tamaño de los agujeros del colador.
¿A qué viene esto? Pues a reconocer que el gobierno nacional merece muchas de las críticas que formalmente se le han formulado. Pero eso es una cosa y enrolarse con la oposición es otra, porque la oposición, precisamente, no hace análisis críticos sino que descalifica casi ciegamente todo lo que provenga del gobierno. Y así no es.
Por eso aludimos a veces a la crítica llamándola “constructiva”, porque es la que propone nuevas soluciones a los problemas o defectos criticados.
Como criterio general, la crítica constructiva debe de estar basada en una observación objetiva de un equipo o individuo cuyo comportamiento se desvía del estándar o del proceso.
Muy diferente es la situación cuando la crítica está motivada únicamente por el deseo egoísta de sustituir al criticado y no se tiene los recursos idóneos para hacerlo. Lo que sucedió hace poco en el Ecuador, por ejemplo, nos sirve de modelo. Los opositores al gobierno de Correa desean sacarlo de la presidencia y asumir ellos el mando, pero no tienen la convocatoria suficiente como para hacerlo mediante votación democrática. Y todo indica que por eso pretendieron partir de una crítica (parece que falsa, además) para terminar en un golpe de Estado.
En cambio, cuando se trata de una crítica positiva o constructiva, la motivación para divulgarla debe de ser el bien común y la prevención de problemas potenciales.
Asimismo, para que la crítica positiva o constructiva pueda funcionar exitosamente, se requerirá por parte de los críticos, entre otras cosas: altura intelectual, visión de la problemática actual y futura, despersonalización y sólidos conocimientos sobre el tema que están criticando.
Sin eso las críticas se pueden sintetizar en lo que dice una canción popular: “Quítate tu, para ponerme yo”.
Por eso en estas columnas hemos criticado varios desatinos e incoherencias del actual gobierno, por ejemplo en el manejo de la macroeconomía y específicamente del Banco Central, así como la inconsistencia de las políticas energéticas, concretamente las relacionadas con los hidrocarburos.
Y seguiremos haciéndolo, pero no de memoria, sino cuando sea pertinente.