Acerca de los premios

No vamos a referirnos al de Literatura, porque las posturas políticas del último galardonado, Mario Vargas Llosa, se prestan a subjetividades y discutirlas ahora no tiene utilidad social. Como el premio no afecta el derecho de escoger, nos quedaríamos con su producción literaria inicial,...

No vamos a referirnos al de Literatura, porque las posturas políticas del último galardonado, Mario Vargas Llosa, se prestan a subjetividades y discutirlas ahora no tiene utilidad social. Como el premio no afecta el derecho de escoger, nos quedaríamos con su producción literaria inicial, concretamente “La ciudad y los perros” y “Pantaleón y las visitadoras”.

 

Pero habíamos dicho que no era del Nóbel de Literatura del que pensábamos ocuparnos, sino del Nóbel de Economía, porque nos quedó rondando la duda cuando estudiamos las doctrinas auspiciadas por la Escuela de Economía de la Universidad de Chicago y por el economista más célebre de esa institución: Milton Friedman, Premio Nóbel de Economía el año 1976.

 

Y descubrimos varios detalles: Primero, el premio de Economía no fue instituido por la Fundación Nóbel, ni por la Real Academia de Ciencias de Suecia, sino en 1.939 por el Banco de Suecia (Sveriges Riksbank), el más antiguo de los bancos centrales, para celebrar el tricentésimo aniversario de su fundación.

 

Ahí comienza a cambiar el panorama y se puede entender un poco mejor, puesto que la filosofía del Premio Nóbel establece con toda claridad que se otorga cada año “a personas que hayan hecho investigaciones sobresalientes, inventado técnicas o equipamiento revolucionario o hayan hecho contribuciones notables a la sociedad” ¡Con razón aún se mantiene la polémica por haberle dado ese premio a Milton Friedman y su “doctrina del shock”!

 

Y seguimos investigando: Encontramos que entre los críticos a ese premio se encuentran miembros de la familia Nóbel, quienes consideran que el historial de concesiones está sesgado hacia la economía neoclásica, especialmente la Escuela de Chicago (10 premios), y que el 80% de los premiados son estadounidenses (65%) o británicos (15%). Además, la mayoría de los ganadores del Premio han sido hombres, y sólo hasta 2009 una mujer, Elinor Ostrom, consiguió el premio por primera vez.

 

Quizás debido a tales críticas, el Premio del Banco Sueco a los economistas destacados (preferimos llamarlo así y no Premio Nóbel) se ha entregado en los últimos años con un criterio menos fundamentalista e inclusive los han recibido algunos de los más duros cuestionadores del sistema monetarista y neoliberal, como Joseh Stiglitz y Paul Krugman.

 

¿Por qué tanto interés en esto?

 

Pues porque revisando la historia latinoamericana descubrimos nuevas informaciones sobre la tenebrosa época de las dictaduras militares y entre ellas, con muchísimas referencias documentales, encontramos que el profesor de Chicago Milton Friedman fue el inspirador de esos regímenes militares que ahora tanto nos avergüenzan y que su primer “pupilo” fue el inolvidable Augusto Pinochet. (Por supuesto que no los olvidamos a él ni a sus millares de víctimas)

 

Sirvió la investigación, porque al precisar que es un banco el que otorga los premios de economía todo es más comprensible. ¡Con razón!

 

Luego, con más calma, investigaremos algo sobre los premios de literatura.


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