Autonomía e integración

Pero estamos en eso y construir las autonomías (porque hay que construirlas, no son un regalo) parece ser una tendencia irreversible, no solamente en Bolivia, sino en todo el mundo. Que no es fácil lo demuestran los veinte años que tiene España de estar constituido como Estado Autonómico,...

Pero estamos en eso y construir las autonomías (porque hay que construirlas, no son un regalo) parece ser una tendencia irreversible, no solamente en Bolivia, sino en todo el mundo.

Que no es fácil lo demuestran los veinte años que tiene España de estar constituido como Estado Autonómico, sin que haya logrado aún plena funcionalidad.

 

Lo principal –creemos nosotros- para avanzar en la construcción de las autonomías es la participación creciente de la sociedad, por medio de todo tipo de actores sociales, porque está visto que dejarle eso a los viejos partidos políticos no funcionará

 

Pero además de la construcción de la autonomía tenemos otro desafío: la integración. La unidad nacional está garantizada por la misma Constitución que estableció las autonomías, pero es evidente que necesita mucho más que estar en la Constitución Política para volverse realidad.

 

Y todavía hay más. Es también obligación inexcusable nuestra, de todos los bolivianos y de todos los sudamericanos avanzar en el proceso de integración continental, ese que ya concibió idealmente Simón Bolívar y antes de él Francisco de Miranda y muchos otros precursores de lo que aún está por construir.

 

En este aun incipiente siglo XXI es bastante lo que se ha avanzado. La creación de la Alternativa Bolivariana para América, ahora Alianza Bolivariana para América o ALBA es una buena muestra. En el marco de ALBA se han concretado acuerdos energéticos, económicos, políticos, culturales y sociales.

 

Sobre la integración energética, precisamente, hubo hace unos días una interesante exposición en Montreal. Allí el presidente de la Comisión de Integración Energética Regional (CIER) y también gerente general de la eléctrica estatal uruguaya, UTE, Alejandro Perroni, sostuvo que "El incremento en la interconexión eléctrica en la región es justificado económicamente si se determinan y asignan adecuadamente los beneficios”

 

Los beneficios de la integración de las redes eléctricas centroamericana, andina y del Mercosur se traducirían en la reducción de costos operacionales, el aumento de la confiabilidad del suministro y el descenso de las emisiones de CO2.

 

Y no estamos refiriéndonos a fantasías. El proceso de integración ya se inició, con los proyectos hidroeléctricos binacionales Salto Grande (Argentina-Uruguay) Itaipú (Paraguay-Brasil) y Yacyretá (Paraguay-Argentina, de 3,2GW), además de frecuentes exportaciones de electricidad entre Colombia y Ecuador, Colombia y Venezuela, y Argentina y Brasil.

 

"De 1995 hasta hoy las interconexiones eléctricas han aumentado 10 veces, pasando de 500MW a 5GW instalados", indicó Perroni.

 

Nosotros, en Tarija, con el potencial energético de nuestros campos gasíferos deberíamos estar a la vanguardia en el estudio y discusión de estos temas. Según algunos proyectos no oficiales y todavía informales el solo campo Margarita haría viable, desde todo punto de vista, generar 2.000 MW, de los cuales 1.000 serían exportables al mercado ávido de los países vecinos.

 

Y por ese camino, el de la integración, estamos seguros que la autonomía se haría también más viable. Porque autonomía es, en síntesis, capacidad para sostenerse uno mismo.

 

Así de simple.


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