¿Deflación en EE.UU?

Están apareciendo nuevas consecuencias de las iniciativas emprendidas para evitar peores efectos de la crisis en la economía y la deflación amenaza con convertirse en una realidad. La deflación es una caída de los precios en el conjunto de la economía que se prolonga durante varios...

Están apareciendo nuevas consecuencias de las iniciativas emprendidas para evitar peores efectos de la crisis en la economía y la deflación amenaza con convertirse en una realidad.

La deflación es una caída de los precios en el conjunto de la economía que se prolonga durante varios períodos La deflación es el fenómeno económico opuesto a la inflación.

Los precios disminuyen, producto de una caída en la demanda, y puede ser una situación más maligna que la inflación.

La deflación puede desencadenar un círculo vicioso: Los comerciantes tienen que vender sus productos para cubrir al menos sus costos fijos por lo que bajan los precios. Con los precios bajando de forma generalizada, la demanda disminuye más, porque los consumidores entienden que no vale la pena comprar hoy, si mañana todo será todavía más barato.

Dado este círculo vicioso, la deflación se convierte en causa y efecto de la falta de circulación del dinero en la economía, porque todos prefieren retenerlo. Una deflación prolongada, puede tener efectos muy perniciosos en la economía nacional, dado que la industria no encuentra salida a sus productos y sólo tiene pérdidas al tener que afrontar costes fijos con ingresos menguados.

En realidad, la deflación ha sido un fenómeno muy poco frecuente, pues en el siglo XX, sólo se han registrado dos casos relevantes. El primero fue la Gran Depresión norteamericana contagiada a Japón y Suecia. El segundo se observa en Japón desde mediados de los 90 hasta la actualidad. El tercero sería el que varios analistas están vaticinando como inminente, a corto plazo, para la economía estadounidense.

Los datos de la actividad económica estadounidense, hechos públicos en agosto, evidencian la desaceleración del crecimiento de su economía, la Reserva Federal ha reconocido que esa economía está más cerca que nunca de padecer una caída de los precios al estilo de Japón. De hecho, el pasado 10 de agosto, la FED anunció que volverá a comprar deuda pública, como lo hizo en 2009, con el propósito de estimular la recuperación económica, cuya reciente desaceleración puso de relieve la cercanía de caer en una situación deflacionista.

Una parte significativa de las Reservas Internacionales Netas, RIN, de Bolivia, está amarrada a lo que le suceda a la FED y el ministro Arce debería explicar cómo manejará nuestro país este asunto. Un escenario deflacionario es indeseable por varios motivos. Por un lado, porque envía un estímulo negativo al consumo, dado que las personas perciben que los precios están cayendo y lo seguirán haciendo, por lo que la decisión más racional que pueden tomar es posponer sus compras, una reacción que retroalimenta el problema, pone en dificultades a las empresas y destruye más empleo.

Mientras alguien nos lo explique (si es que puede hacerlo) habrá que al menos prestarle más atención en los próximos días a la cotización oficial del dólar.


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