Dura lex, sed lex

Expliquemos, primero, de dónde provienen estas acepciones, muy populares pero no siempre asociadas con su origen. El pueblo judío tenía entre sus ceremonias la ofrenda de un chivo a Dios. Eso es conocido. Es menos conocido que en realidad se sacrificaban dos chivos: el otro era cargado con...

Expliquemos, primero, de dónde provienen estas acepciones, muy populares pero no siempre asociadas con su origen.

El pueblo judío tenía entre sus ceremonias la ofrenda de un chivo a Dios. Eso es conocido. Es menos conocido que en realidad se sacrificaban dos chivos: el otro era cargado con todas las culpas del pueblo judío y entregado al demonio Azazel. Este último, conocido como chivo expiatorio, era abandonado en mitad del desierto, acompañado de insultos y pedradas.

En la actualidad se utiliza la expresión para denominar a aquél que ha pagado las culpas de la gran mayoría, librando a estos de represalias, o al que se le atribuye este papel por razones ulteriores en el discurso político o social.

Se denomina “cabeza de turco” a una persona o grupo de ellas a quienes se quiere hacer culpables de algo de lo que no son, sirviendo así de excusa a los fines del inculpador. En el período de las Cruzadas, los cruzados libraron cruentas batallas contra los turcos. La animadversión que se profesaban ambos bandos era tan grande, que para un cristiano cercenarle la cabeza a un turco era un logro encomiable.

Cuando lo lograban, los cruzados colgaban la cabeza en un mástil de barco o la ensartaban en una lanza y los soldados le acusaban de todos los males habidos y por haber. Por este motivo, se dice que alguien es cabeza de turco, cuando es objeto de todo el daño y las acusaciones de las que son culpables otros.

De manera más específica, se emplea este apelativo para calificar a aquellos sobre quienes se aplica injustamente una acusación o condena para impedir que los auténticos responsables sean juzgados.

En este momento existen varios casos judiciales pendientes de aplicárseles la Ley Quiroga Santa Cruz. Son casos muy disímiles. Desde el que involucra al ex prefecto Luís Alberto “Chito” Valle, hasta el reciente y flagrante abuso de confianza del hijo de un ex viceministro.

Chito Valle, quien fue Prefecto de La Paz entre 1997 y 1999, tiene un juicio de responsabilidades y otros procesos por al menos 16 casos. Se lo acusa de delitos como resoluciones contrarias a la Constitución y las leyes, conducta antieconómica, falsedad material e intelectual, contratos lesivos al Estado, uso de instrumento falsificado, uso indebido de influencias, peculado, malversación y otros. Fue detenido el viernes por Interpol en una céntrica calle limeña.

Chito fue yerno del dictador Hugo Banzer y llegó a ser prefecto de La Paz cuando a estos no se los elegía, sino que eran nombrados por el Ministro de Gobierno.

Es evidente que a ambos, el yerno del ex dictador y el hijo del ex viceministro tiene que serles aplicada la ley. Posiblemente la ley Quiroga Santa Cruz.

Que así sea, pero sin chivos expiatorios ni cabezas de turco. Esa ley costó mucho y no hay que usarla mal.


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