Carteles de agua

pero en economía se denomina cartel o cártel a un acuerdo formal entre empresas del mismo sector, cuyo fin es reducir o eliminar la competencia en un determinado mercado. Los cárteles se encaminan a desarrollar el control sobre la producción y la distribución, de tal manera que mediante la...

pero en economía se denomina cartel o cártel a un acuerdo formal entre empresas del mismo sector, cuyo fin es reducir o eliminar la competencia en un determinado mercado.

Los cárteles se encaminan a desarrollar el control sobre la producción y la distribución, de tal manera que mediante la colusión de las empresas que lo forman se crea una estructura operativamente monopolística, obteniendo un poder sobre el mercado en el cual obtienen los mayores beneficios posibles en perjuicio de los consumidores.

Actualmente se encuentra prohibida y sancionada por ley, en la mayoría de países, la formación de cárteles entre varias empresas del mismo sector, pero todos sabemos lo poco que importan las leyes cuando perjudican los bussines”.

Uno de los cárteles más poderosos es el conocido originalmente como las “Siete Hermanas” que eran siete compañías que dominaban el negocio petrolero a principio de la década de 1960, cartelizadas, protegiéndose mutuamente en lugar de fomentar la libre competencia, perjudicando de esta manera a otras empresas emergentes en el negocio.

Debido a fusiones empresariales, hacia 2005 sólo sobrevivían cuatro de las Siete Hermanas: ExxonMobil, Chevron, Royal Dutch Shell, y BP. Sin embargo, el capital conjunto de estas cuatro megacorporaciones es inmensamente superior al que poseían las originales Siete Hermanas.

La búsqueda ansiosa de mayores, rápidas y fáciles  ganancias para salir de la crisis capitalista, (que sigue, aunque algunos se empeñen en  decir que concluyó) hace de Latinoamérica un escenario apetecido para las corporaciones transnacionales, que generalmente operan de la mano de las oligarquías nacionales. Y a lo próximo que le están  apuntando es a la creación de “Cárteles de agua”

Comentan que ya existe inclusive, desde el 2001, ADERASA (Asociación de Entes Reguladores de Aguas para las Américas), con el fin de facilitar la privatización y apropiación del agua en Latinoamérica.

En Colombia, por ejemplo, mediante modelos de administración y operación para los acueductos municipales y departamentales se concibieron los llamados  Planes Departamentales de Agua

En una primera etapa se trata de agrupar los acueductos veredales o comunitarios y municipales para crear empresas departamentales que controlen los  presupuestos públicos y desde luego el agua. Después de varios intentos por entregar directamente a las corporaciones transnacionales el control del agua y ante la resistencia de los sectores populares (recordemos la “guerra del agua”, en Cochabamba) el objetivo ahora es llegar a la creación de un Mercado Mayorista del agua, donde el precioso líquido empiece a tener un valor especulativo que permita transarlo como la energía, en un mercado a futuros, a precios internacionales y en dólares americanos.

Ante semejante perspectiva, el cártel de la OPEP e inclusive el de Sinaloa y otros similares parecerán jardines de infantes.


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