El elefante de al lado

Es –habíamos dicho antes- como estar acostado al lado de un elefante. Imposible ponerse a dormir tranquilo, como si nada. Una vez más se está lanzando al aire la versión esa de que Brasil está a punto de reducir sus importaciones de gas natural de Bolivia. Esta vez lo vimos en...

Es –habíamos dicho antes- como estar acostado al lado de un elefante. Imposible ponerse a dormir tranquilo, como si nada.

Una vez más se está lanzando al aire la versión esa de que Brasil está a punto de reducir sus importaciones de gas natural de Bolivia. Esta vez lo vimos en Americaeconomica.com.

Está pasando lo del pastor y el lobo. Ya es difícil creer. Esta vez le atribuyen la reducción de compras de nuestro gas a los yacimientos de gas descubiertos por la petrolera OGX, propiedad del multimillonario Eike Batista, en el Estado de Maranahao.

Y hacen bailar cifras: que 5 millones, que 10 millones de metros cúbicos diarios.

El bloque exploratorio en el que se encontró la reserva de hidrocarburos está operado por OGX, que es dueña del 70% de la concesión, en asociación con la también brasileña Petra Energía, que posee el 30% restante.

Pero eso no es relevante, sino que, con suerte y si sus trabajos de exploración son eficientes, es probable –no seguro, probable- que la producción de la cuenca Maranahao comience dentro de dos años.

Claro que, anticipándose, ya se escucharon voces agoreras en Bolivia, como la del economista y director de la Fundación Milenio, Napoleón Pacheco, quien ha asegurado al portal digital HidrocarburosBolivia.com que este descubrimiento, al igual que los anteriores realizados por Petrobras, pone en riesgo el precio del gas, que será condicionado por Brasil.

Milenio, sabemos, es una Fundación creada por un partido político. Sobran más comentarios.

Pero no sobra comentar que en otra información, esta vez de BNA (Bussines News of América) se señala que las instalaciones que opera Petrobras no se están sometiendo a inspecciones de seguridad con debida frecuencia a causa de la interferencia política, según el director de la consultoría Centro Brasileiro de Infraestrutura (CBIE), Adriano Pires.

Eso sí debe preocuparnos. Porque si en el Brasil, donde existen vigilantes acuciosos sobre lo que hace y deja de hacer Petrobrás, aseguran que sus instalaciones no se someten a inspecciones de seguridad, ¿Qué estará sucediendo con las instalaciones de Petrobras en Bolivia?

El presidente de Petrobrás, José Sergio Gabrielli, hace poco admitió que algunas de las plataformas petroleras de la compañía en la cuenca Campos tenían problemas de mantenimiento y hace una semana el regulador brasileño de hidrocarburos, ANP, suspendió las actividades en la plataforma P-33 después de que inspectores del Ministerio del Trabajo identificaran riesgos de seguridad.

Prestémosle entonces atención a eso y no a especulaciones, como esa de que Brasil dejará de interesarte en nuestro gas, que sigue recibiendo con hidrocarburos licuables incorporados y  casi gratuitos.

Brasil sigue interesado en nuestro gas, en nuestro hierro, en nuestro litio y en otros recursos naturales nuestros. Quienes debemos interesarnos más en ellos somos nosotros, los bolivianos. Sin argumentos ni excusas.


Más del autor